Alexander Zverev (i) y Dominic Thiem se enfrentaron ayer a ritmo del mariachi en un juego de ‘mini tenis’ en Acapulco. (Cortesía)
Con música de mariachi, Alexander Zverev y Dominic Thiem tuvieron un partido de mini tenis en el anfiteatro de Sinfonía del mar, ubicado a un lado del acantilado de La Quebrada en el día inaugural del Abierto Mexicano de Tenis.
Con una magnífica vista del Océano Pacífico, la brisa marina, el vuelo de las gaviotas y pelicanos, y el ruido del choque de las olas en las rocas hicieron el escenario perfecto para que estos dos tenistas se tomaran las foto del recuerdo en este mirador, a más de 30 metros de altura en la zona más tradicional de Acapulco.
"Este lugar es hermoso, tiene una gran vista, espero regresar el próximo año, gracias por invitarme", dijo el Zverev, quinto lugar del ranking de la ATP.
El alemán jugará por primera ocasión en este torneo, que festeja su XXV aniversario, mientras que Dominic Thiem ya fue campeón de Acapulco 2016, pero ahora regresa en la búsqueda de su segunda corona.
"Fue una gran experiencia, el mini tenis siempre es divertido, pero todavía mejor en locaciones como éstas, es algo único y estoy listo para comenzar el torneo", comentó Thiem, tras posar con sombrero de mariachi y una espectacular vista del mar abierto.
Por otro lado, los aficionados al deporte blanco tuvieron la oportunidad de convivir con las figuras del torneo, al tomarse fotografías y firmar souvenirs en las tiendas localizados en los alrededores del Estadio Pegaso.
En un día soleado y caluroso, los jugadores Jack Sock, Denis Shapovalov, Shuai Zhang y Kristina Mladenovic saludaron y regalaron sonrisas a centenares de fanáticos, en gran número niños que posaron con los tenistas.
Largas filas se observaron en los stands de los patrocinadores que venden sus productos y que abarrotaron sus tiendas ante la convocatoria de la gente, que buscó la ansiada foto y la firma de los participantes en pelotas gigantes de tenis, playeras y gorras.
La francesa Kristina Mladenovic, una de las favoritas para ganar el torneo fue la más asediada por los pequeñines, que se tomaron fotos del recuerdo y se llevaron el autógrafo.