Tensión. Paul Ryan (Izq.) sigue esperando que la Casa Blanca reconsidere su decisión sobre los aranceles.
Los republicanos en el Congreso se han inclinado por ignorar las caprichosas políticas del presidente Donald Trump, sabiendo que lo que él dice sobre control de armas, inmigración u otros temas complicados puede cambiar de un día al siguiente.
Pero la decisión de Trump de aumentar los aranceles a las importaciones de acero y aluminio ha provocado una rara urgencia entre republicanos, que ahora están apurados por convencer al presidente de que tal aumento desataría una guerra comercial que podría detener las ganancias recientes de la economía si es que él no da marcha atrás.
El asunto enfrenta las promesas populistas que Trump hizo a sus votantes contra la ortodoxia de libre comercio de su partido y los intereses de los líderes empresariales. Contrario a cambios recientes sobre inmigración y control de armas, Trump puede alterar la política comercial con una orden ejecutiva. Eso intensifica la presión sobre los legisladores republicanos para hacerle cambiar de opinión antes de que apruebe las sanciones, lo que podría ocurrir tan pronto como la próxima semana.
Luego que Trump hizo el sorpresivo anuncio del aumento de aranceles, el presidente de la cámara baja Paul Ryan, republicano de Wisconsin, lo llamó. Ryan sigue esperando que la Casa Blanca reconsidere su decisión.