Luis Octavio López cerró la novillada con una buena faena a 'Canelo de Oro'. (Fotografías de Ernesto Ramírez)
El regiomontano Cayetano Delgado y el jaliciense Luis Octavio López cortaron dos orejas cada uno para convertirse en los triunfadores de la tradicional Novillada de Año Nuevo, celebrada ayer en la plaza de toros "Alberto Balderas" de Ciudad Lerdo, Durango.
Un cuarto de entrada en la acogedora plaza lerdense para recibir al nuevo calendario en una fecha significativa para el toreo en La Laguna, mariachi en los tendidos que puso el ambiente festivo y musical. Ganado de La Concha, divisa verde, morado y blanco, propiedad del duranguense don Francisco Orrante, cuatro novillos de juego desigual, bien presentados y promediando 360 kilogramos de peso, resaltando por su fiereza el segundo y el cuarto, que fueron a los que les cortaron las orejas.
Abrió plaza el capitalino Luis Manuel Castellanos, vestido en azul rey y oro para verse frente a frente con "Correcaminos", herrado con el número 26 y presentando 365 kilos de peso, negro, listón. Noble novillo que demostró fiereza y fuerza, derribó al picador que al volver a subir al caballo se excedió en el castigo, mermando notablemente las cualidades del astado. Tras brindis a Jesús "Güerito" Sotomayor, el novillero ejecutó buenas tandas con la muleta, asintiendo el novillo sobre todo al llamado con la mano izquierda, tras dos estocadas bien colocadas, el animal no dobló y al sonar un aviso se procedió al descabello; silencio.
"Copos de Nieve" salió enseguida de la puerta de toriles, número 28 y con 360 kilos, nevado de los cuartos traseros, para ser lidiado por Cayetano Delgado, vestido en oro y blanco inició con capote ejecutando chicuelinas rematando con media Verónica, conectando de inmediato con el respetable. Tras breve castigo con la puya, el novillero colocó las banderillas, incluyendo un par de cortas estando recargado en las tablas, palmas sonoras. Faena bien elaborada con muleta, desde naturales hasta manoletinas, con una estupenda estocada el novillo dobló, dos orejas se concedieron por el juez José Luis Orozco y el astado recibió el honor del arrastre lento.
Cristian Antar, ataviado en grana y oro, enfrentó a "El Conchudo", herrado con el 37 y con 370 kilogramos, negro, zaino, cornicorto, el novillo con mayor peso de la tarde y a simple vista era el mejor presentado, pero en cuestión de casta las cosas fueron diferentes. Difícil lidia ante un animal que poco cooperó, lucía distraído y descastado, escarbando la arena, lo que llevó al número 1 del escalafón novilleril a abreviar su labor, colocó una media estocada, luego pinchó y puso un bajonazo, el novillo dobló pero el puntillero falló y lo volvió a poner en pie de guerra, tras un aviso desde el palco de la autoridad se recurrió al descabello para acabar con la existencia del astado; salida al tercio.
Cerró la tarde Luis Octavio López, vestido en obispo y oro, para enfrentar en lidia a "Canelo de Oro", presentando el número 35 y con registro de 350 kilos, castaño, bocinero, ojinegro. El novillero recibe con faroles de rodillas y conecta con el tendido, remata con revolera que aplaude la afición, chicuelina para ceder al picador que hace buen trabajo y cambia el tercio con gaoneras para recolectar más palmas. Él mismo coloca banderillas, incluyendo un par de cortas que ponen de pie al respetable. Tras brindis a Jesús Sotomayor, ejecuta una faena caracterizada por la proximidad con los pitones del astado, el péndulo luce y con los pies bien plantados en la arena, lleva al novillo a los terrenos que le convienen al diestro, una estocada caída y en segundo intento se encuentra con el novillo que le da un golpe y lo derriba, se levanta para ver doblar a su enemigo y recibe dos orejas a petición del público como resultado artístico. El novillo da la vuelta al ruedo.