Aunque con el cruce de los últimos corredores en la línea de meta el termómetro marcaba los 30 grados centígrados a la sombra, el comité organizador siempre estuvo al pendiente en caso de cualquier contingencia. Debido a la alta temperatura, se movieron pipas de agua para refrescar a los participantes, sobre todo en los kilómetros finales, y se pidió el triple de la cantidad de hielo que se había solicitado.
El límite establecido para la suspensión de la prueba como medida de seguridad eran los 32 grados centígrados combinados con una humedad del 70 %. Ayer, este porcentaje llegó apenas al 20; el calor fue seco.
La competencia estuvo avalada por la Asociación Internacional de Maratones y Carreras de Ruta y por la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, siendo clasificatorio para el Maratón de Boston.
María Luisa Marroquín, directora general del Maratón, enfatizó que esta edición contó con la mayor participación femenil de su historia.
La salida se dio cuando aún era de noche. Miles de corredores emprendieron una nueva aventura.