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Ortorexia y el organismo

Una obsesión peligrosa

Ortorexia, la trampa de comer sano

Una obsesión peligrosa

Una obsesión peligrosa

JUNIOR ROBLES

Desde niños hemos escuchado que comer sanamente traerá múltiples beneficios a nuestra vida, como prevenir enfermedades cardiovasculares o conseguir un cuerpo de revista. Sin embargo, y aunque suene contradictorio, existen investigaciones donde se afirma que consumir únicamente alimentos saludables u obsesionarse con ellos, puede resultar peligroso para el organismo.

Sí, comer sano es una costumbre recomendable y se debe inculcar desde la infancia; pero si se lleva al extremo, tienden a desencadenarse carencias nutricionales en el interior. A este padecimiento se le conoce como “ortorexia”; el cual significa “apetito correcto”.

En Doctor en Casa deseamos proteger tu salud e informarte sobre padecimientos que existen y que tal vez no conocías. Hoy te hablaremos de la ortorexia y las consecuencias que puede producir. Recuerda que ninguna obsesión es buena, así que ponte cómodo, cómete una rebanada de pastel y conoce más sobre este trastorno.

Su descubrimiento

En el 2000, el científico Steven Bratman descubrió que la ortorexia es la obsesión a la comida sana, lo que conlleva a consumir exclusivamente productos procedentes de la agricultura ecológica. Quienes tienen este padecimiento suprimen la carne, la grasa y otros alimentos que son necesarios para el cuerpo humano por sus vitaminas y minerales.

La mayoría de los pacientes, según las investigaciones, son mujeres menores de 35 años, quienes se empeñan en comer de forma saludable cueste lo que cueste. El científico explicó que ellas primero omiten las carnes rojas, huevos, lácteos y refinados; muchas veces lo hacen por su propia voluntad sin consultar antes con un especialista. Asimismo, ejercen un juicio de valor en relación a lo que come el resto de las personas.

Pero ¿de dónde proviene esta obsesión? De acuerdo con Bratman, desde hace tiempo los estándares de belleza se han apoderado de la mente de muchas personas (tanto en hombres como en mujeres); por ejemplo, en revistas de moda o en pasarelas es muy “raro” ver a un/una modelo de talla grande, lo que ha ocasionado que muchos relacionen a la belleza con una complexión delgada.

La obsesión siempre busca el lado negativo de las cosas; en el caso de la ortorexia, cualquier excusa es buena para no consumir ciertos alimentos. “Yo como todo lo que sea sano”, “esto me da dolor de estómago”, “por culpa de esto me salen granos”, “soy intolerante a este tipo de comidas”, “soy alérgico a esto”… son algunas frases típicas de quienes la padecen.

Las personas con ortorexia están constantemente preocupadas por los alimentos; pasan horas pensando en la investigación, planificación y preparación de las comidas. Es común que ellos sigan reglas estrictas en cuanto a comer, así como eliminar ciertos alimentos de sus dietas como el azúcar refinado o aceite hidrogenado. Si se alejan de estas reglas, probablemente se sientan culpables.

Según Steven Bratman, las personas con con ortorexia hablan abiertamente de sus reglas de alimentación, se enorgullecen y no se abstienen de decirlo a los demás. Asimismo, menosprecian a quienes no siguen sus reglas dietéticas, lo que puede ocasionar la pérdida de amigos.

¿Qué tan malo puede ser?

La ortorexia es una obsesión con una dieta sana y, a la vez, es tan intensa que excluye todas las demás actividades de interés. Con el tiempo, se convierte en un trastorno grave. Los problemas que puede causar son:

Superioridad: Uno de los efectos secundarios es el sentimiento de superioridad. Como el individuo tiene una norma autoimpuesta a comer bien, puro y sano, la persona se reconoce a sí misma superior a las demás. Y esto también afecta a las relaciones familiares o sociales porque para el paciente la dieta es lo más importante.

Pérdida de peso: Una selección limitada de alimentos conduce a la restricción de la ingesta de calorías, esto provoca gran pérdida de peso.

Desnutrición: Con una dieta restringida, la persona desarrolla una alimentación muy selectiva, lo que finalmente resulta en desnutrición.

De acuerdo con Bratman, “existe una línea entre la comida sana y la obsesión”; y para ello ha desarrollado un cuestionario para identificar a los pacientes de ortorexia:

1. ¿Se preocupa más por la virtud de lo que come que el placer de su recepción de comerlo?

2. ¿Pasa más de tres horas al día pensando en comida saludable?

3. ¿Se siente superior respecto a otras personas que no comen como usted?

4. ¿La calidad de su vida disminuye a medida de la calidad de su dieta aumenta?

5. ¿Se siente culpable si salta su régimen alimenticio?

Tratamiento

La ortorexia no es un trastorno fácil de diagnosticar, porque la gente se esconde detrás del ideal de “comer bien”. Además, dado que no es clínico, muchos médicos y psicólogos ni siquiera son conscientes del problema. Sin embargo, cada quien puede buscar la ayuda de un terapeuta u otro profesional médico especializado en trastornos de alimentación.

Comer normal se trata de “escuchar su intuición”. Es la capacidad de comer cuando tiene hambre y continuar comiendo hasta que se llene. Es ser capaz de elegir los alimentos que le gustan y ser capaz de tomar placer en ello. Comer normal es confiar en las señales del cuerpo de hambre y saciedad (comer cuando se tiene hambre y dejar de comer cuando se está lleno y satisfecho).

La dieta del ortoréxico puede ser poco saludable. Los problemas nutricionales dependen de la dieta específica que la persona se ha impuesto a sí misma y, además, las dificultades sociales son evidentes.

Un ortoréxico a menudo puede estar aislado socialmente, ya que planea su vida alrededor de la comida. Es posible que tenga poco espacio en la vida para otra cosa. También pierden la capacidad de comer intuitivamente (saber cuando tienen hambre, la cantidad que necesitan, y cuando están llenos).

Sí es valido preocuparse por la salud y la apariencia, pero nunca se debe permitir que la obsesión llegue a los pensamientos. No existe mejor solución que la información, así que lo ideal es acudir con un nutriólogo, hacer ejercicio y un psicólogo que nos ayude a elevar el autoestima.

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Escrito en: Ortorexia Alimentación trastornos

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