Nada nuevo. El esquema del financiamiento financiero o puro no es nada nuevo dentro del mercado mexicano. (ARCHIVO)
El arrendamiento puro o leasing es un sistema de financiamiento en el que una persona o empresa usa un vehículo como si fuera suyo y paga una renta por ésto. Después de finalizar el contrato el cliente tiene la opción de cambiarlo por uno nuevo, comprarlo o renovar.
Este sistema no es algo nuevo en el panorama financiero, pues pagar un arrendamiento es algo muy común. Lo hacemos con casa o departamentos, con los planes de telefonía celular y, en tiempos modernos, con los servicios de televisión y streaming por internet. A pesar de tener tiempo, recientemente se ha puesto de moda en la industria automotriz en nuestro país, sobre todo con las pequeñas y medianas empresas, debido a las ventajas fiscales que les ofrece.
El leasing toma fuerza en un contexto donde los autos se han vuelto una necesidad más que un lujo y en una herramienta de trabajo activa, es decir, que éstos mismos generan más dinero. También surge en un entorno donde es más difícil estrenar debido a la alza de precios.
Esta opción permite a las personas estrenar auto sin la preocupación de gastar dinero o la de venderlo a precio devaluado, pues los pagos son menores a los de un crédito.
También les da la oportunidad de administrar mejor su dinero sin necesidad de hacer grandes inversiones, pues actualmente los autos más baratos rondan alrededor de 200 mil pesos.
El arrendamiento financiero de un auto puede traer ventajas y, como todo, también tiene algunas desventajas. El objetivo de este texto es que tengas los elementos para decidir si tu mejor opción es comprar un coche a 12, 24 y hasta 72 meses o rentarlo por dos años para después cambiarlo bajo este mismo esquema.
La ventaja inicial que ofrece sacar un auto en leasing es que los pagos iniciales son muy reducidos: menos que un enganche e incluso, en algunos casos, no llevan este pago (varía en todas las marcas). Cuando no se hace el pago inicial, en la mayoría de las ocasiones, lo que se pide al cliente es que haga un primer depósito o pago de renta.
Si es una empresa o una persona moral quien saca un auto en arrendamiento tiene el beneficio fiscal de que las rentas son cien por ciento deducibles de impuestos; si se trata de una persona física con actividad empresarial puede deducir hasta 6 mil pesos de su renta.
Los clientes se evitan pensar en la depreciación del coche, pues si esto sucede no afecta directamente en las rentas que se pagan; siempre será el mismo precio durante la duración del contrato. Además, esta depreciación se toma en cuenta si es que se decide comprar el auto, pues modifica directamente su precio final.
Otros atributos del arrendamiento es que estarás estrenando un auto cada dos o tres años, dependiendo de los planes que den las agencias. Este es un punto importante si consideramos en lo rápido que cambia la industria automotriz y, sobre todo, las tecnologías de infoentretenimiento y seguridad del vehículo.
Igualmente, algunas empresas ofrecen la posibilidad de agregar el pago del seguro dentro de las rentas de la unidad.
La principal desventaja de un auto en arrendamiento es que para términos literales el auto no es tuyo, por lo que no podrás hacerle ninguna modificación, contrario al crédito que desde el primer momento se convierte en tu propiedad. Es por eso que debes revisar tus posibilidades y necesidades para escoger lo que te convenga más: un auto a crédito o en leasing (arrendamiento).