Navegando en las redes me topé con una publicación del buen Carlos Alejandro Muñoz Torres, quien compartió un par de fotos de lo que aparenta ser una tocada de metal. En su post, Carlos resalta el “gesto” de todas las bandas participantes en el evento (en el cual deduzco que él también participó) de quedarse hasta el final y no retirarse después de tocar.
Me dio por compartir la publicación. Así nada más.
Al día siguiente, mi amigo Salcitas refutó el mensaje compartido con los siguientes argumentos:
“Nunca he estado de acuerdo con esa práctica (que las bandas se queden hasta el final del evento para ver a otras bandas) porque muchas veces uno que anda en el ámbito ya vio a cada banda ‘chin...’ de veces y, si es un gesto de humildad quedarte porque esa banda no llevó gente, entonces la culpa es de la banda que no es del agrado del público; no genera, no es rentable o simplemente web... floja. El público es de quien lo trabaja, ya basta solapar bandas mediocres”. [Me tomé la libertad de corregirle algunos errores de dedo a Salcitas].
Ni cómo decirle algo a una persona que, como explica, anda en el “ámbito”. Y me consta que lo hace de la manera más profesional que tiene a su alcance.
Porque en esta “escena” metalosa en la que nos movemos, difícilmente podríamos llamarnos profesionales (y me incluyo) al 100 %. Eso sería vivir del metal o nuestra actividad que nos ligue a esta forma de vida... y bueno, para comer yo hablo de deportes, por ejemplo.
Entonces, los que de alguna forma estamos aquí lo hacemos principalmente por gusto y lo combinamos con alguna actividad redituable. Una vez solventadas nuestras necesidades básicas, tratamos de hacer lo más profesional posible lo que más nos gusta hacer. Así lo veo.
Salcitas toca el bajo. Se preocupa por ensayar, llega temprano al lugar del evento donde va a participar para un ‘soundcheck’ (previamente ya preguntó por el ‘backline’). Por eso su contundente sentencia.
Y sí, hay bandas que venden y hay otras que solo piden “apoyo”. Luego viene el tema de los promotores y esa es otra historia, no menos dramática.
Salcitas tiene razón, si una banda es buena, no tendría porque necesitar la presencia de otras bandas en los eventos donde tocan.
Sin embargo, la publicación de Carlos Muñoz la tomo por el lado de la convivencia y solidaridad; habrá eventos donde aplique y otros donde, como dice mi “Salsas”, será mejor que cada quien haga lo suyo.
[Aunque para la foto, funciona muy bien ver a todos los grupos unidos al final, como hermanos]. Finalmente, la música muchas veces también busca ser un negocio, y eso está bien.
Ojalá las bandas, antes de venderse caras, se ofrecieran como un producto por el cual el público esté dispuesto a pagar. La tarea no es sencilla, menos en este país, pero nadie nos ha obligado a tomar el camino que elegimos, ¿o sí?
Espero no haber ofendido a nadie... y ¡larga vida al metal!
Contacto: La Música del Dihablo [en Facebook]. Soy: @Foko_54. PD. Queda pendiente el comentario sobre el documental de la historia del metal en México.
