En su breve su gestión, Adolfo de la Huerta se destacó por su independencia y logró que villistas y zapatistas depusieran las armas. (ESPECIAL)
El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió en privado con los nietos del expresidente Adolfo de la Huerta, de quien destacó sus convicciones revolucionarias y que fue un hombre honesto e incorruptible.
De la Huerta, solo estuvo en el poder cinco meses, del 1 de junio al 30 de noviembre de 1920.
En su breve su gestión, Adolfo de la Huerta se destacó por su independencia y logró que villistas y zapatistas depusieran las armas.
Además, liberó y perdonó la vida a quienes en algún momento se levantaron contra el gobierno, como Félix Díaz y Francisco Murguía, entre otros.
Convocó a elecciones para el 5 de septiembre, el 1 de diciembre de 1920 entregó la Presidencia a Álvaro Obregón y asumió el cargo de secretario de Hacienda.
Por su labor muchos le llaman "el presidente de las manos limpias, limpias de sangre y limpias de oro".
El historiador Pedro Castro señala: "De la Huerta deja a su breve paso por la Presidencia de la República un país pacificado, listo para la siguiente etapa de reconstrucción. Ha impreso un sello personal a su breve gobierno, en el que sobresalen su manejo civilizado de la política, su inclinación al diálogo y su honestidad a toda prueba, herencia que no es asumida por sus sucesores".