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Celebración del Día de Muertos

Fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2008

Altares poco comunes, bailes de personajes enmascarados y tradiciones únicas por todo México rinden homenaje a los seres queridos que ya no están. (AGENCIAS)

Altares poco comunes, bailes de personajes enmascarados y tradiciones únicas por todo México rinden homenaje a los seres queridos que ya no están. (AGENCIAS)

AGENCIAS

Después de 2020, muchas cosas habrán cambiado para siempre en nuestras vidas. Sin embargo, el Día de Muertos no es una de ellas. La tradición de honrar a los difuntos y darles, una vez más, la bienvenida a casa ha enfrentado todo tipo de circunstancias a lo largo de los siglos y está prácticamente grabada en nuestro ADN.

La Fiesta de Día de Muertos fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2008.

Destacaremos algunas celebraciones que recuerdan a los que ya no están. Conoce dónde se hacen altares monumentales de varios pisos (y muy costosos), esculturas de lodo, danzas de enmascarados y hasta limpia de huesos. Deseamos que en 2021 podamos verlas en todo su esplendor.

EL CAMINO HACIA EL MICTLÁN

Se le llama Mictlán al inframundo en la cosmogonía mexica, el lugar a donde iban los muertos. Las circunstancias en que una persona moría determinaba a dónde iría, pues existía un paraíso para los niños, los guerreros caídos, las víctimas de sacrificio o las mujeres que fallecían durante el parto.

Quienes morían de causas naturales emprendían un viaje al último nivel del Mictlán, que era gobernado por los dioses Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl. Llegar ahí tomaba cuatro años, durante los cuales el difunto recorrería los nueve niveles del inframundo con diferentes obstáculos. Se creía que el xoloitzcuintle, una especie de perro sin pelo, tenía la capacidad de llevar a las almas hacia el inframundo. Formaban parte de un rito mortuorio en el que preparaban al difunto para su viaje. El perro era sacrificado para irse con su antiguo amo.

REGIÓN HUASTECA, SAN LUIS POTOSÍ

En esta región ninguna otra fiesta, ni siquiera Navidad, es tan importante como el Xantolo. Esta palabra viene del latín e invita a honrar a quienes ya no están con nosotros.

Los difuntos se reciben con música y baile en comparsas que, del 30 de octubre al 2 de noviembre, recorren las calles de cada pueblo hasta llegar a las plazas principales. Llevan máscaras de madera que representan diversos personajes, como el viejo y la muerte.

Entre la veintena de comunidades indígenas que celebran Xantolo hay dos grupos: nahuas y teenek. Los primeros montan su ofrenda en mesas, y los segundos lo hacen en el piso para estar en contacto con la tierra. Incluyen platillos típicos como el bolín (un tamal para 10 personas) y atoles de tamarindo, guayaba o mandarina, nos cuenta Rosa María Gutiérrez, coordinadora de Promoción de Sectur San Luis Potosí.

Los altares se instalan el 1. de noviembre; el día 2 se trasladan a los panteones. Este año no habrá eventos culturales, como concursos de comparsas, para evitar aglomeraciones de visitantes.

SANTA FE DE LA LAGUNA, MICHOACÁN

No es ningún secreto que lugares como los pueblos mágicos de Pátzcuaro o Tzintzuntzan fueron inspiración para los creadores de "Coco". Pero el pueblito de Santa Fe tiene un lugar especial, pues es el único de la zona lacustre michoacana donde los altares monumentales no se instalan en el panteón, sino en las casas.

Una sola ofrenda puede abarcar gran parte de un cuarto, de piso a techo; lleva montones de fruta y platillos típicos, como corundas y uchepos. Su tamaño y complejidad es mayor si la persona murió en el último año. El altar puede ser de dos niveles (simbolizando el cielo y la tierra), de tres (cielo, tierra e inframundo) o de siete niveles escalonados (los puntos que el alma debe atravesar para alcanzar la paz). El número de elementos es prácticamente ilimitado, pero hay cosas que no pueden faltar: el retrato en lo alto de la ofrenda, el camino de pétalos de cempasúchil, y la sal o cruz de ceniza para que el espíritu no se corrompa. Este año sí se permitirá participar en la Noche de Muertos pero sin festivales, música en vivo o venta de alcohol.

HUAUTLA DE JIMÉNEZ, OAXACA

El Pueblo Mágico de origen mazateco, ubicado al norte del estado, es visitado cada año por los huehuentones, personajes que representan las almas de los difuntos que están de vuelta. Visten huipil, sarape, máscara de madera con rostro de anciano y sombreros picudos elaborados con bejuco.

A la celebración de Día de Muertos se le llama S'ui K'ien, y comienza el 27 de octubre, cuando se monta la ofrenda con un característico arco de carrizo forrado con flores de cempasúchil y begonias. Se acostumbra colocar platillos como pipián, tesmole (un caldo espesado con maíz) y caldo de chivo, acompañados con atole agrio.

Durante varios días, los huehuentones recorren las calles del pueblo. Salen del panteón y visitan las ofrendas de las casas. Danzan en comparsas, al ritmo de tambores, violines y vihuelas, de acuerdo con la descripción del INAH. Se dice que, cuando formas parte de una comparsa, debes seguir participando en la tradición durante siete años para que los difuntos no regresen molestos al inframundo, según el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

POMUCH, CAMPECHE

Lo que para otros puede parecer raro o excéntrico para los habitantes de este pueblo de origen maya es el mayor acto de amor que puedes demostrarle a tus seres queridos que ya no están. Nos referimos a la limpia de huesos que se realiza cada 1 y 2 de noviembre.

Con frecuencia, los visitantes preguntan por qué se preserva una tradición tan poco común, nos comenta el guía Daniel Escobedo, de Viajes El Tucán. Él siempre recuerda lo que le contestó una señora hace un tiempo: "lo hacemos para que nuestros muertos no vuelvan a morir".

La primera limpieza de muertos se hace entre tres y cinco años después de que fallece una persona. Se colocan en un osario o caja de madera cubierta con tela bordada de flores o ángeles; los huesos se colocan en el orden que llevarían si la persona estuviera de pie.

El panteón local está lleno de nichos con osarios. Para las familias es obligación acudir cada año para sacar los huesos y limpiarlos; hasta les platican cómo les ha ido. Se cree que desde el cráneo el alma del difunto puede verlos. Incluso los expatriados regresan para la tradición.

SAN ANTONIO TECÓMITL, CIUDAD DE MÉXICO

Cada 2 de noviembre, el panteón de San Antonio Tecómitl se convierte en una galería de arte en lodo. Las familias adornan las tumbas con esculturas: desde símbolos prehispánicos hasta personajes de la cultura pop. Utilizan tierra, pintura, diamantina y flores de temporada. Las más grandes alcanzan hasta un metro y medio de alto, describe Daniel Flores, presidente del Grupo Mictlán Tecómitl, asociación que organiza un festival cultural alrededor de esta tradición.

Los altares de lodo nacieron hace unos 40 años porque la mayoría de las familias no tenían lápidas, de acuerdo con el documento Día de Muertos en San Antonio Tecómitl, del grupo de estudio Antropología Chinampera. Ningún otro lugar, además de este pueblo de la alcaldía Milpa Alta cercano a Mixquic, celebra así.

El 1 de noviembre se hacen "alumbradas": cada familia da la bienvenida a sus difuntos con una fogata en la entrada del hogar. El camino hacia la ofrenda se indica con pétalos de cempasúchil. Todos se reúnen alrededor del fuego para convivir y se queman "toritos".

En 2020 no habrá festival ni turistas.

HUAQUECHULA, PUEBLA

En esta pequeña localidad, a 40 minutos del Pueblo Mágico de Atlixco y a tres horas de CDMX, las almas de las personas que fallecieron en el último año son recibidas con altares monumentales de hasta cinco metros de altura. Son estructuras de madera divididas en tres pisos y cubiertas con satín blanco. Todo dependerá del presupuesto de los deudos.

El piso de abajo simboliza la vida terrenal; ahí se colocan angelitos de cerámica apodados "llorones", en representación del luto familiar, además de alimentos o bebidas que al difunto le gustaban. La foto de la persona se refleja en un espejo, como si ésa fuera su entrada al inframundo, explican desde el Ayuntamiento de Huaquechula. El nivel medio es el cielo, decorado con velas y figuras religiosas como la de la Virgen María. El último piso representa la elevación celestial, y en este se pone un crucifijo.

El Día de Muertos se celebra entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre. Es tradición que los habitantes del pueblo realicen un recorrido para visitar cada ofrenda llevando sahumerios y flores de cempasúchil.

DIOSES DE LA MUERTE

Deidades relacionadas con el inframundo a las que culturas prehispánicas rendían tributo.

1.- Mictlantecuhtli. Es el dios mexica de la muerte y, junto con su esposa, Mictecacíhuatl, habitaba el nivel más profundo del Mictlán o inframundo. Por lo general es mostrado con rostro de calavera. Tenía muchos ayudantes representados como esqueletos, quienes causaban un tipo de muerte particular.

2.- Ah Puch. Dios maya de la muerte. Su nombre significa "El Descarnado", pero también es conocido como Yum Kimil (Señor de la Muerte) o Kisin (El Flatulento). Vive en el noveno y último nivel del Xibalbá o inframundo. Es retratado como un esqueleto o un cadáver hinchado por la descomposición.

3.- Ixtab. Es la diosa maya del suicidio. Se creía que quienes se colgaban iban directo al paraíso, para descansar de todo sufrimiento a la sombra de una ceiba, el árbol sagrado. Ixtab se representa con una cuerda alrededor de su cuello, los ojos cerrados y señales de descomposición en las mejillas.

4.- Ñu Q Cuañe. Diosa mixteca de la muerte. Junto con la otra deidad masculina, Iya Andaya, gobernaba el inframundo. En todos los códices donde aparece representada, ella es más poderosa que su contraparte. El inframundo era visto por esta cultura como un lugar frío y de oscuridad.

5.- Pitao Pezeelao. Deidad zapoteca de la muerte y el inframundo, con su contraparte femenina, Xonaxi Quecuya. Cuando una persona moría, se le ofrendaba un guajolote; también se le pedía la victoria de una batalla o el fin de una epidemia. Mitla, en Oaxaca, era su principal sitio de culto.

ALGUNOS SÍMBOLOS DEL DÍA DE MUERTOS

Cempasúchil: Sus pétalos sirven de guía a los espíritus hacia el altar de muertos. Esta flor aparece tras la época de lluvias, en estados como Oaxaca, Morelos y, sobre todo, Puebla. En este último, agencias como México Nómada organizan tours a los campos en floración. Existen 30 variedades de cempasúchil.

Pan de muerto: No hay una sola teoría sobre su origen. Se dice que nació en la Conquista para usarse en ceremonias que antes involucraban sacrificios. En CDMX, simula un montículo de tierra con un cráneo al centro y huesos. Hay muchas versiones en otros estados, algunas con forma humana.

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