Los ingresos perdidos durante casi 250 días alcanzaron un equivalente a decenas de millones de dólares.
De todas las formas de protesta en México, la toma de casetas de peaje en carreteras es una de las más singulares y lucrativas.
Los manifestantes a menudo ocupan esas instalaciones durante horas y cobran a quienes viajan en vehículos cuotas más bajas que las oficiales para dejarlos pasar. Se quedan con el dinero para su "causa".
Sin embargo, pocas acciones de este tipo habían durado tanto como una en Nayarit, donde los inconformes controlaron durante ocho meses nueve casetas de peaje.
La Guardia Nacional finalmente desalojó a los manifestantes de las casetas y los ingresos perdidos durante casi 250 días alcanzaron un equivalente a decenas de millones de dólares.
La Guardia Nacional señaló que no hubo heridos en su intervención.
Algunos de los manifestantes de Nayarit eran campesinos que exigían una mejor compensación por la construcción de carreteras a través de sus tierras, pero otros al parecer tenían escasa conexión con algún movimiento social.
Según la prensa local, la asociación de operadores de carreteras dijo que los ingresos perdidos en el estado de Nayarit, en la costa del Pacífico, ascendían a un equivalente de 100 millones de dólares. Aunque los manifestantes cobraban poco menos en comparación con los peajes oficiales, una buena cantidad fue a parar a los bolsillos de alguien.
Las protestas en México suelen tomar formas raras. Estudiantes de escuelas normales rurales a menudo secuestran autobuses de pasajeros en el sur de México, bajan a los pasajeros y mantienen las unidades y conductores a su disposición durante meses. A veces han secuestrado camiones de combustible para abastecer a los autobuses, así como camiones de transporte de alimentos para proveerse de comida.
