El cierre de escuelas en 188 países afectará a 310 millones de niños que dependen de ellas para la alimentación.
El Día del Niño se celebra hoy con la mayor parte de los infantes encerrados, estresados y preocupados en sus casas ante la amenaza de COVID-19.
Con las escuelas y los parques cerrados, la Unicef alertó que esta situación, "la mayor prueba para el mundo desde la Segunda Guerra Mundial", profundizará la violencia familiar contra ellos y desigualdad social.
"Esta es una crisis universal y, para algunos niños, el impacto será de por vida, dijo en un informe especial el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Por ejemplo, indicó que tan sólo el cierre de las escuelas en 188 países afectará a 310 millones de niños que dependen de ellas para acceder a la alimentación. Además, que entre 42 y 66 millones de niños podrían sumarse a los 386 millones de niños que ya se estaban en extrema pobreza en 2019.
En México donde existen 38.5 millones de niñas, niños y adolescentes, que equivalen al 30.8 por ciento del total de población, 355 menores de 18 años han sido diagnosticados con la enfermedad y han fallecido cuatro menores de cuatro años, de acuerdo con la Secretaría de Salud.
Pero los niños también enfrentan otras tensiones derivadas de la enfermedad, indican especialistas, como el director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez.
Advirtió que se agravará el confinamiento, la violencia intrafamiliar, la desigualdad económica y de acceso a la educación, sin contar con el estrés y la confusión.
"Creo que ya inician afectaciones muy evidentes, como el incremento de trabajo infantil, la deserción escolar y mayor precariedad en términos de sus proyectos de futuro", afirmó.
Ahora mismo los niños mexicanos sufren una gran tensión, dijo Pérez, pues las autoridades no tienen ninguna estrategia para informar a niños y adolescentes, y además ha impuesto la conexión a internet como medio para continuar con la educación, a pesar de que no todos los niños cuentan con ella.
Las únicas estrategias que advierte es un micrositio de internet y una convocatoria a los menores para enviar preguntas por internet, lo que a decir del especialistas es una discriminación.
"El ejercicio de 'Pregúntale a Gatell' sólo cumple con la tradición terrible de la política mexicana de que se acuerdan de los niños el 30 de abril y ya. Ya de entrada es un método discriminatorio porque excluye a millones de niñas y niños que no tienen dispositivos móviles, ni conexión a internet. Según datos oficiales, sólo 44 por ciento de las familias tiene una computadora en casa, pero si vamos al campo, se disminuye al menos del 30 por ciento", explicó.
El director de la REDIM afirmó que en países como España se ha detectado que por la tensión de la pandemia, vuelven a orinarse en la cama, a tener comportamientos difíciles, pesadillas y estrés, y que al final los adolescentes se sienten más temerosos de salir a la calle.
En tanto, la Académica de la Facultad de Psicología de la UNAM María Teresa Monjarás ha documentado que en este encierro los niños presentan apatía, llanto, berrinche, intolerancia, aburrimiento o sobrealegría.
Los dos especialistas recomendaron a los padres acompañar a sus hijos en este proceso, hablar con ellos, escucharlos, involucrarlos en las actividades de las casa y desconectarse ocasionalmente de internet y del ruido exterior para convivir.
"La profundidad y el daño del drama en las niñas y niños depende mucho de las personas adultas que los rodean. Es decir, entre más íntegros, cuidadosos, más disponibles y protectores sean quienes los rodean, el impacto entre será menor. Pero en el caso de familias con vínculos frágiles, esto sólo podría profundizarse", dijo Pérez.
