Las dificultades económicas por la contingencia de salud que se vive, también ha afectado a las iglesias debido al cierre de los centros de culto. Esto ha llevado a la comunidad diocesana y a sus parroquias y capellanías, a preocuparse por no poder sostener la labor evangelizadora.
El padre Rafael López, director del periódico diocesano, manifestó que la iglesia también tiene empleados, a quienes se les debe pagar, y siendo que los templos se sostienen del diezmo, piden a la comunidad cristiana de su apoyo, acercándose a las parroquias para colaborar.