Este próximo domingo se llevará a cabo la edición LIV del juego que paraliza a toda una nación y a gran parte de todo el planeta y por ende, era imprescindible tocar este espacio acerca de este evento único en la faz de nuestro universo sin embargo, para los que también somos amantes y nos apasionamos por el basquetbol, tengo que dirigir estas líneas para alguien, al que para mi gusto, se encuentra en el top cinco de los mejores jugadores de todos los tiempos del deporte ráfaga como lo es Kobe Bryant que lamentablemente y de todos ya sabido, se nos adelantó en el camino dejando un legado único y sin precedentes en esta disciplina.
Hizo su aparición por primera vez, en un partido oficial, un 3 de noviembre del año de 1996 a la edad de 18 años en un encuentro frente a Minnesota sin embargo, las lesiones le obstaculizaron demostrar lo que, en un futuro, nos habríamos dar cuenta de toda la gama de talento que derrocharía en las duelas de la NBA pero en esa misma temporada en el Juego de las Estrellas de los novatos, enloqueció a todos con los 31 puntos para proclamarse vencedor en el concurso de mates.
Dentro de su extraordinario currículum, se encuentra el de haber sido el más joven en llegar a los diez mil puntos que fue cuando tenía 24 años y que, en el lapso de 41 años de la NBA (¡Vaya ironía!), se despachó en cuatro juegos seguidos en la campaña del 2005-2006, 45 puntos y hace 17 años, logró ser el primer basquetbolista, en conseguir 12 triples siendo ellos 9 de manera consecutiva.
Pero lo que siempre recordaremos en que no tuvo progenitora, fue lo que hizo el 22 de enero de 2006 (¿Por qué enero?) en un encuentro contra los ahora campeones vigentes como lo es la escuadra de los Raptors donde se dio vuelo metiendo canastas al por mayor alcanzando ¡81 puntos! quedando por debajo de la marca de Wilt Chamberlain quién logró 100 unidades un 2 de marzo de 1962 pero es cuando, las defensivas, aún no se consideraban tan agresivas.
Que tan grande ha sido Kobe que, el pasado martes, la liga tuvo que suspender el encuentro del equipo de sus amores los Lakers en contra de la otra escuadra de Los Ángeles como son los Clippers ya que, las heridas, aún se encuentran en plena luz y que, la última vez que la NBA canceló un encuentro, fue en la tragedia del maratón de Boston y, antes de eso, fue cuando el entonces presidente Kennedy, sufrió un atentado que terminó con su vida.
En efecto, el modelo que estableció, no fue algo que sorprendiera porque después de ese de su primer año zambulléndose en el mundo del mejor basquetbol del cosmos, Bryant fue un brío para el resto de su ilustre carrera salvó en aquella ocasión en que se rasgó el talón de Aquiles ya cuando casi iba de salida creando momentos donde otros vieron probabilidades imposibles.
Fue un All Star en 18 ocasiones ganado un par de Juegos Olímpicos y que nunca engañó a los aficionados de los Lakers ya sea en el Staples Center o en otro lugar donde se presentaba porque, cuando pagaban un boleto para ver a este fenómeno, era una ganga.
Su deceso es un análisis de un suceso en el afecto a los héroes y como un emblema de una generación que puede hacer que la gente que nunca lo conoció, rompa súbitamente su costumbre normal y den a conocer sus emociones y que se entienda que, este fuera de serie, valía muchos millones de dólares y tenía renombre para detener el tráfico y ganar cinco anillos de campeón todo más allá de la persona promedio y es por eso, que duele toda la región y que, el baloncesto de los Lakers, ya no será el mismo por un buen tiempo.
Ahora se ha adelantado y a medida de que una ciudad de élite camina tambaleándose vacía por el basquetbol, apenas comienza a contar esta pérdida incomprensible.
¡Hasta siempre Kobe!
*Rodolfo Cerpa Robles *rjcerpa@hotmail.com