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El Valle de Acatita y la riqueza que fue olvidada

Esta localidad cuenta con grandes montañas de arena, manantiales y está rodeada de sierras, motivos por lo que los pobladores se sienten bendecidos

Como forma de ingreso los pobladores buscan los llamados 'tuzos', que venden a los visitantes. (MARY VÁZQUEZ)

Como forma de ingreso los pobladores buscan los llamados 'tuzos', que venden a los visitantes. (MARY VÁZQUEZ)

MARY VÁZQUEZ

"Fuimos bendecidos de la mano de Dios, pero abandonados de la mano del hombre, hemos estado olvidados por los gobiernos", son las palabras de Eugenio Aguilar Moreno, comisariado ejidal de Linda Vista, una localidad del municipio de Francisco I. Madero.

Los ejidos Linda Vista, Aguanaval, Charcos de Risa y Felipe Ángeles, conforman la zona conocida como el Valle de Acatita, la más alejada del municipio, pues se encuentra a unos 120 kilómetros al norte de la cabecera municipal, en los límites con el municipio de Ocampo.

Debido a la lejanía, esas comunidades registran un alto índice de rezago social, pero poseen una enorme riqueza natural, pues parte de los terrenos ejidales tienen una extensión de aproximadamente 15 kilómetros, grandes montañas de arena conformada por silicio, aluminio y calcio, vestigio de que hace más de 70 millones de años fue parte del Mar de Tetis, que alcanzaba los terrenos de lo que ahora es Coahuila, Nuevo León y Chihuahua.

Por décadas los habitantes de esas localidades habían buscado, sin éxito, que las autoridades volteen hacia allá, para que se les ayude a detonar la zona como una alternativa turística que permita mejorar sus condiciones de vida.

Hace unos tres años, por fin veían esa posibilidad, pues la regidora Patricia Quistián, quien formó parte de la pasada administración, empezó a apoyarlos, pero luego el proyecto quedó detenido.En el actual Gobierno retomaron la idea e incluso ya tenían preparados algunos eventos, con grupos que gustan del ecoturismo, pues el lugar tiene las condiciones para practicar escalada de montañas o paracaidismo, entre otros deportes extremos, pero lamentablemente la contingencia sanitaria frenó este plan. .

POSEEN UN GRAN PATRIMONIO

El comisariado insiste en que Dios los bendijo, pues además de las dunas de arena, cuentan con dos manantiales conocidos como "El Ojo de las Uvas y "El Ojo del Coyote". Se encuentra además en medio de la Sierra de Tlahualilo, conocida también la Sierra de Oréganos y la Sierra de los Remedios, que conecta con al Valle de Cuatro Ciénegas, incluso hay una brecha que une a ese municipio.

Eugenio cuenta que en ese lugar hay vestigios de que habitaron los Irritilas, aunque hay publicaciones de investigaciones que han hecho, donde se asegura que también hubo asentamientos de Xiximes, Acaxees, Tobosos, Mezcaleros, Apaches y Chichimecas.

Además, a esta zona han acudido investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) y de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), así como de otras escuelas privadas de la región; "Pero nomás ellos saben el resultado de sus investigaciones, porque ya no los volvemos a ver", comenta.

Menciona que han encontrado restos petrificados de organismos que vivieron en épocas remotas como caracoles, conchas de mar, moluscos y entre los hallazgos que han hecho están cementerios de las tribus que habitaban el lugar y pinturas rupestres en la parte alta de las montañas. También es muy común encontrarse entre las brechas los llamados "tuzos", que son piedras puntiagudas que eran utilizadas para elaborar las armas de los antepasados.

"EL HAMBRE NO ESPERA"

Los pobladores están conscientes de que estén violentando alguna ley, pero "el hambre no espera", pues por necesidad algunos han encontrado un manera de sostener a sus familias, comercializando algunos de esos objetos, e insisten en que por años las autoridades (de los tres niveles de Gobierno) no se acercaban a ellos.

También hay parajes donde la naturaleza se encarga de confirmarles cuán caprichosa puede ser; pues al subir a la Sierra de los Remedios, a una distancia de 3 o 4 kilómetros cerro arriba, se observa vegetación desértica y hay muy poca distancia. El tipo de plantas es drásticamente diferente, muy parecidas a las de la zona boscosa, pues hay temporadas en que en la parte alta, entre las enormes rocas, corre un arroyo.

El comisariado ejidal comenta que esas tierras, consideradas como ociosas, les fueron entregadas a sus padres (algunos ya finados) en 1936, con el decreto de la Repartición de Tierras del presidente Lázaro Cárdenas del Río. Son unas 36 mil hectáreas y 68 ejidatarios y dice que para "blindarse", es decir, evitar que el campesinado se deshiciera del patrimonio, decidieron conformarse mediante el modelo colectivo, en el que todos son socios ejidales, de tal forma que para hacer cualquier "movimiento" tienen que hacer una asamblea "dura" en la que al menos el 75 por ciento tome el acuerdo.

Agrega que del total de tierras, cuentan con algunas 200 hectáreas cultivables, pero desde hace unos 6 o 7 años ya no pudieron sembrarlas todas debido a que tienen cuatro norias agrícolas. Están paradas debido a que necesitan mantenimiento y por el costo se les complicaba "echarlas a andar", pero hace unos meses juntaron para reparar una y les robaron piezas, cuyo costo oscila en unos 68 mil pesos.

EN EL OLVIDO

Eugenio dice que cuando llegaron a poblar la zona, no contaban con electricidad, agua potable y carretera. Después de tanto insistir, lograron que se les dotara de la energía eléctrica y la carretera se hizo cuando nació el complejo minero Químicas del Rey. En cuanto al servicio de agua, algunos cuentan con el líquido debido a que "corrieron" más de 7 kilómetros de tubería desde uno de los manantiales.

Con cierta decepción los habitantes de esos ejidos comentan que han sido años de olvido por parte de las autoridades, que solo en campaña acuden los candidatos, les prometen apoyarlos y luego de tomar el cargo, las promesas quedan solo en palabras.

UN POCO DE ESPERANZA

Reiteran que fue hasta que la regidora "Paty", como la llaman, empezó a ayudarlos, organizando visitas guiadas.También, al ser un área muy parecida a la enigmática Zona del Silencio, han acudido periodistas cuyas publicaciones han provocado que los reflectores giren hacia ellos. Fue así como un investigador en fenómenos paranormales, de nombre Yohanan Díaz Vargas, supo de la existencia de la zona y los empezó a visitar.

En esta temporada, su situación empezó a mejorar, pues Díaz organizaba grupos de visitantes, algunos de Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, así como de Baja California, Nuevo León y otros estados del país.

Eugenio cuenta que el año pasado el Gobierno del Estado los contempló en el recorrido de la carrera "Coahuila 1000 Desert Rally", en el que participan pilotos en carreras extremas, nacionales e internacionales, pues desvió el recorrido por la brecha que los une con Cuatro Ciénegas.

Asimismo, lograron bajar un proyecto en la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) y se les facilitaron 270 mil pesos para construir un estanque, por lo pronto hecho a base de acero. Los ejidatarios se las ingeniaron para "correr" la tubería desde uno de los manantiales a fin de habilitar un pequeño balneario y así ampliar su oferta turística.

UN PROYECTO SOÑADO

Su idea es que la Federación les apoye para la construcción de 40 cabañas, pues por ahora los visitantes acampan a la intemperie. Aunque saben que puede haber complicaciones para "bajar" el recurso, no pierden la fe, pues de lograrlo, se les estaría "haciendo justicia" y les daría la oportunidad de propiciar una derrama económica y generar fuentes de empleo. La economía de esas localidades se sostiene principalmente de la extracción de candelilla, que desafortunadamente la pandemia también les afectó, ya que los "coyotes" aprovecharon la situación y les están comprando a 40 pesos el kilogramo de cera, cuando regularmente se los compran en 90 pesos.

Cuentan con una superficie cultivable de unas 200 hectáreas, pero los cuatro pozos que les concesionaron estaban parados debido a la falta de mantenimiento y sin recurso para hacerlo. Cuando por fin lograron reunir para echar a "andar" una de las norias, les robaron parte del equipo y para reponerlo se necesitan 60 mil pesos, dinero que no tienen.

"Apenas empezábamos a ver un poquito la luz y con esto del COVID-19, todo está parado. Teníamos programados este año ocho eventos con los "Yohaneros" y pues se cancelaron, según vemos este año tampoco va a haber la carrera Coahuila 1000. Acá la gente batalla hasta para conseguir la comida y ahorita está peor. Nomás para que se dé una idea: un kilo de papa o de tomate cuesta 30, 40 pesos, un litro de gasolina, 21 pesos, del huevo mejor ni le digo. Sale más barato comprar un kilo de carne y ni modo, lo tenemos que comprar a como nos lo traigan, porque aquí la gente vive al día y tiene que comer".

Eugenio dice que ellos quisieran que alguna institución o un grupo de investigadores les ayudara para saber exactamente qué es lo que poseen, pues están conscientes que tienen una gran riqueza natural y que probablemente pudieran hacer negocios con empresas, por los minerales que hay en la región. Se desaniman puesto que ya han tratado de saquear la arena de silicio, que según les dicen, puede utilizarse en el desarrollo de la tecnológica y sin ese conocimiento o la orientación necesaria, tienen temor de que podrían aprovecharse de ellos y al final dejarlos sin su patrimonio, enriquecerse solo unos cuántos, como ha ocurrido con otros ejidos.

1936

AÑO

en que les fueron entregadas las tierras a los ejidatarios por el presidente Lázaro Cárdenas.

70

MILLONES

de años atrás, esta zona formó parte del Mar de Tetis.

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Escrito en: Valle de Acatita

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