Después de los treinta, en nuestro país se dieron otros movimientos como protesta a la situación social y religiosa. El primero fue la guerra cristera en desacuerdo con las políticas de calles en relación con la religión. Esa fue la causa directa del asesinato de Obregón. Se resolvió el conflicto con un pacto entre el estado y la iglesia en donde más que nada se toleraron.
Posteriormente, hubo varios militares que intentaron levantarse en contra del poder pero fueron reducidos por la fuerza.
Los sindicatos se fortalecieron y se dio la huelga ferrocarrilera, uno de los líderes fue Valentín Campa, que también fue controlada en el tiempo de López Mateos.
El 68 fue un parte aguas, no solamente en México sino en el mundo entero. Un conflicto estudiantil que no supo manejarse por el gobierno vino a generar un gran movimiento político social que culminó en la masacre en la plaza de las tres culturas y que fue el principio de un largo proceso de cambios políticos, culturales y sociales que aún ahora nos están afectando.
Otros movimientos que podemos recordar es la guerrilla urbana de los 70´s con la liga 23 de septiembre. La guerrilla en la sierra de guerrero. La crítica social que tuvo el gobierno en el 85 debido a la tardanza en responder al terremoto de la capital.
La gran estructura del PRI comenzó a desquebrajarse. Cárdenas fundó el PRD y fue una competencia para quien no había tenido adversarios fuertes; aunque se seguía imponiendo.
Después viene lo de Chiapas con Marcos a la Cabeza; cuyos tratados no son del todo avalados por el congreso.
En el 2000, el PRI pierde por primera vez la presidencia, pero no es mucho el cambio que puede desarrollarse. En el 2018, un partido de izquierda se instala en el poder y aún no se pueden medir cuáles serán las consecuencias.
Pero las revoluciones no solamente se dan en lo político sino también en lo cultural. A nivel mundial, la entre guerra produce una serie de movimientos que son severas críticas al sistema capitalista que más que nada intentan asquear el público: caso el surrealismo, el dadaísmo, el creacionismo, el expresionismo, el teatro del absurdo; con anterioridad, el impresionismo. En algunos campos el arte se vuelve demasiado elitista y cerebral, en el caso concreto de México, con el grupo de los contemporáneos.
En otras expresiones, se retoma el populismo y la nacionalidad para expresarlo en la pintura muralista en donde México sobresale. Los mismos pintores son personajes combativos de izquierda; como: Siqueiros y Rivera.
La novela de la revolución se establece como un movimiento específico mexicano y aún hoy se sigue explotando el tema.
Después de la segunda guerra mundial, el existencialismo es la expresión del sin sentido de la vida donde se proclama la inutilidad del hombre y de sus afanes.
En Latinoamérica, a partir de los sesentas, se da el realismo mágico que junto con un nuevo barroco caribeño enriquece la visión del mundo y hasta llega a influir a escritores europeos.
Escritores mexicanos se insertan en este movimiento, como Juan Rulfo y Juan José Arreola.
En los sesentas y con el sesenta y ocho se da oportunidad a los jóvenes a expresarse y se da la generación de la onda donde sobresale José Agustín y Parménides García Saldaña. También hay una literatura netamente popular que expresa la vida de los Barrios como las novelas de Armando Ramírez, o de las diferencias individuales; ejemplo: Luis Zapata.
La contraofensiva es ofrecer muchos distractores a la sociedad para que no piense tanto en los problemas sociales. Después de los setentas, el comportamiento juvenil fue muy liberal y poco controlado por los adultos. El consumismo significó la felicidad. La cultura se apartó del libro que hacía pensar para ser remplazada por la imagen que hace sentir.
Seguimos viviendo en una sociedad individualista y esa es una de las causas por las cuales no podamos vencer una pandemia que sólo nos pide compromiso.