Don Marcial Aguilar Silva brindaba apoyo a los indigentes de la Comarca Lagunera mediante la asociación civil lerdense Dios es Clemente y Misercordioso.
Hasta los últimos días de su vida, don Marcial Aguilar Silva ayudó al más necesitado. El pasado fin de semana falleció el fundador de la asociación civil lerdense Dios es Clemente y Misericordioso, que por más de una década dio de comer a las personas indigentes a las que llamaba "invisibles" al no ser tomadas en cuenta por la sociedad.
Su esposa Lucía Barbalena ha sido compañera incansable de don Marcial en la labor que emprendieron hace poco más de 14 años en Lerdo, que se extendió a comunidades de la región lagunera de Durango y Coahuila. Aseguró que el legado continuará.
"Esto no se puede parar, a él le hubiera gustado que no cerrara. Nunca estuvo en sus planes cerrar", declaró Lucía, quien dará continuidad a la misión de don Marcial, con el apoyo de voluntarios que a lo largo de más de una década se fueron sumando en las diferentes acciones en apoyo a los necesitados.
Además de brindar apoyo a las personas indigentes abriendo las puertas de su comedor ubicado en Zaragoza número 244 norte en Lerdo, llevaban alimento hasta los hogares de las personas con discapacidad y de bajos recursos.
De acuerdo con doña Lucía, son más de 3,200 personas las beneficiadas. Tan solo en el medio rural de Lerdo y Gómez Palacio apoyan a 900 familias, a quienes se visitan de manera personal.
"Tenemos diferentes beneficiarios del comedor, discapacitados en casa, los indigentes en vía pública, comunidades rurales, 900 familias a las que se les apoya con ropa, despensas, con productos alimenticios, Tenemos un padrón de las comunidades rurales. En total son más de 3,200 personas. Íbamos cuando menos cada dos meses, los visitábamos, dábamos vuelta a todas las comunidades cada dos meses", comentó Barbalena.
Ni la contingencia sanitaria por el COVID-19 detuvo a don Marcial. Incluso, según comentó su esposa, su labor fue aún mayor que en otros tiempos.
"Trabajamos más que en situación normal, no hubo descansos, estuvimos trabajando por la gente necesitaba, sobre todo la que se habían quedado sin trabajo, estuvimos apoyando a esa gente", dijo con tristeza.
Fue precisamente en su andar que don Marcial presumiblemente se contagió del virus, pues aunque nunca le practicaron una prueba confirmatoria, murió víctima de un infarto en el Hospital General COVID-19 número 8 de Gómez Palacio, donde la atención que recibió fue excelente, según doña Lucía.
"Una semana (permaneció internado), con una atención excelente, con una calidad humana excelente. Yo estoy muy agradecida con cada uno del personal siempre a cargo de mi esposo y dándome consuelo", declaró la mujer, quien solo espera salir del aislamiento voluntario para dar continuidad a la tarea que dejó encaminada don Marcial Aguilar.
