Pearl Comfort Sydenstricker, mejor conocida como Pearl S. Buck, nació el 26 de junio de 1892 en Hillsboro, Virginia Occidental. Fue la cuarta hija de Absalom y Caroline Sydenstricker, misioneros presbiterianos radicados en China.
En 1938 se convirtió en la primera escritora estadounidense en ganar el premio Nobel de literatura y desde 1973 forma parte de la lista del Salón Nacional de la Fama de Mujeres.
Pearl S. Buck fue novelista, traductora, guionista, periodista y activista por los derechos humanos; vivió cuarenta años en China, durante distintas etapas de su vida. En 1920 publicó su primera novela, Viento del este, viento del oeste, y en 1931, La buena tierra, obra con la que ganó el premio Pulitzer y la Medalla Howells en 1935; además, esta novela fue adaptada al cine en 1937 para la Metro-Goldwyn-Mayer Studios, Inc.
Se casó con John Lossing Buck, a quien conoció en 1919, y tuvo una hija, Carol, quien tenía un retraso mental severo; por complicaciones durante el parto ya no pudo tener más hijos. El matrimonio Buck vivió por más de una década en el campo universitario de la ciudad de Nankín, en donde ambos eran catedráticos; en 1925 adoptaron a Janice.
Durante su segundo matrimonio con Richard Walsh -con quien se casó en 1935-, adoptó seis niños más. Se mudaron a Estados Unidos y compraron una granja en Green Hills Farm en Pasadena, que a la fecha es considerada edificio histórico.
Murió el 6 de marzo de 1973 a los 80 años en Danby, Vermont. Su obra incluye 43 novelas, 28 libros de no ficción, 242 cuentos, 37 libros para niños, 580 artículos y , además de 18 guiones para cine y televisión.
Edgar Walsh -hijo y albacea literario de Pearl Buck- menciona que la autora, al final de su vida, estaba en bancarrota, "…se había mezclado con personas que codiciaban su fortuna y que la habían alejado de su familia, amigos y editores". Por este motivo ninguno de sus hijos adoptivos tuvo acceso a sus bienes. A mediados de los años 60 el manuscrito original de La buena tierra fue robado y lo recuperaron hasta 2007. También desapareció el manuscrito autógrafo y una copia mecanografiada de El eterno asombro; durante cuarenta años nadie tuvo conocimiento de este hecho hasta que, en 2012, una mujer que vivía en Texas se puso en contacto con Edgar Walsh, ya que había encontrado la última obra de Pearl Buck en un trastero.
Su hijo reconoció como original la caligrafía de su madre y el texto mecanografiado; como la obra no estaba terminada, Edgar Walsh realizó su mejor esfuerzo y buscó la manera de pulir el texto, alterando lo menos posible el original, aunque, como él menciona, "…es imposible imaginar de qué manera hubiera revisado Pearl S. Buck, de haber estado viva, una obra que en su actual estado resulta imperfecta". Aun así, al igual que Edgar Walsh y los editores de la obra, es importante reconocer que había necesidad de publicar El eterno asombro (Ediciones B, Barcelona, España, 2016, 291 pp.) ya que vale la pena leer todo aquello que Pearl S. Buck escribió, sobre todo, después de La buena tierra.