Desde que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia como consecuencia de la expansión del coronavirus, ha sido vital que los derechos humanos se coloquen en todos los esfuerzos de prevención y tratamiento a fin de proteger la salud pública y apoyar a los grupos que están en mayor riesgo, dado que es una obligación del gobierno y la sociedad privilegiar el cuidado de la dignidad humana y tomar medidas pertinentes.
La cuarentena debe establecerse con una duración limitada y no de exclusión, pues afecta la libertad y la seguridad personal. Debe revisarse periódicamente y adoptarse lo menos restrictivamente posible. Asimismo, las restricciones de libre tránsito y prohibiciones de viaje, deben ser legítimas, proporcionales y sin carácter discriminatorio.
Todo ser humano tiene el derecho a la información clara, accesible y oportuna sobre la pandemia. Las personas deben tener acceso a informarse sobre la situación en la que se encuentra y a las medidas que se deben tomar para mitigar los riesgos. El gobierno debe evitar confundir o falsear datos que pongan en peligro las reacciones de la población.
Asimismo, el gobierno debe garantizar que todos los habitantes tengan atención médica. Es importante tomar en cuenta que algunas medidas para cuidar la salud pública pueden tener consecuencias negativas en los derechos laborales, sobre todo en los lugares en donde el trabajo es precario y se realiza en condiciones poco higiénicas o sin las mínimas condiciones de seguridad.
Además, los derechos de los trabajadores de la salud, quienes están al frente de la epidemia, deben ser los primeros en ser respetados, pues no sólo ellos corren riesgo, también están en peligro sus familias. Por su trabajo están expuestos al contagio, al exceso de horas de trabajo, a vivir en condiciones que afectan su alimentación, a padecer de angustia y cansancio constante. Requieren de equipo de protección adecuado, de mejores condiciones de calidad de vida y apoyo psicológico que aseguren poder realizar mejor su trabajo.
Muy importante también es tomar en cuenta los derechos de los grupos vulnerables como centros de atención a los migrantes, asilos de ancianos, guarderías, centros de protección a las mujeres, los indígenas, los grupos lésbico-gay, los habitantes de zonas rurales y marginadas, algunos de los cuales en condiciones normales carecen de lo indispensable y ahora, con mayor razón, deben contar con más apoyo para evitar que sean devastados.
Las consecuencias de esta pandemia serán inéditas, por lo pronto están poniendo al descubierto graves afectaciones a los derechos humanos. Sin embargo, también es una buena oportunidad para que como sociedad enfoquemos lo realmente importante: proteger a los seres humanos por encima de los intereses de los poderes políticos y económicos.
guadalupe.puente@iberotorreon.edu.mx