TIEMPO DE ESPERA
Esta pandemia, nos hizo poner una pausa en cada una de nuestras vidas; tiempo de espera para abrir negocios, tiempo de espera para vacacionar, tiempo de espera para festejar celebraciones familiares; (en algunos casos), tiempo para migrar para aquellos quienes por urgencia y necesidad tienen que hacerlo, tiempo de espera para seguir con una vida como estábamos acostumbrados a llevarla.
Se cerraron iglesias, restaurantes, peluquerías, y todo aquello que no era de primera necesidad, los propietarios y empleados tuvieron que hacer un tiempo de espera, dar tiempo a que las cosas pudieran mejorar. Sin embargo, se han perdido miles de empleos formales, la economía ha sido rebasada por esta pandemia, se tuvieron que adaptar los servicios de restaurantes, de peluquerías, tiendas de autoservicio, y en algunos casos de modificar y/o innovar en algunos servicios.
En nuestro contexto como Región-México, se cerraron las fronteras mexicanas para impedir el paso de las personas provenientes de Centroamérica, y evitar que se propagara el virus del COVID-19, como fue el caso de la última caravana de migrantes, que aun con las condiciones sanitarias emprendieron el viaje desde Centroamérica, y que México impidió su camino para llegar a EUA. El hecho de viajar en estas condiciones demuestra la extrema situación y vulnerabilidad en la que se encuentran miles de centroamericanos, que arriesgando su salud y a exponerse a detenciones y violencia, siguen migrando a pesar de la pandemia y ante cualquier obstáculo, sin hacer un tiempo de espera.
La pandemia ha profundizado en Centroamérica una crisis marcada por problemas estructurales de pobreza y violencia, y aún más con los recientes huracanes Eta y Iota, que azotaron a Honduras y América Central. El migrar en estos tiempos de pandemia, implica el riesgo de contagio del COVID-19 en el trayecto, en las condiciones precarias en las que viajan y el hacinamiento cuando son detenidos, pero ante todo esto no es suficiente para disuadirlos. La desesperación ante la eminente pobreza, el temor a la violencia generada por las pandillas, la falta de empleo, salarios paupérrimos, son mas fuertes que cualquier restricción por la pandemia, mientras tanto hay un tiempo de espera para volver a retomar el viaje fallido en México.
Estas fiestas decembrinas serán distintas y no solo por el uso del cubrebocas, sino por el tiempo de espera que todos de una manera hemos practicado, sigamos en tiempo espera para que las condiciones sean mejores para todos; Felices fiestas.
