DISEÑADORA. Delia Lepe lleva más de una década confeccionando productos artesanales con un sentido orgánico. (CORTESÍA)
Fue hace más de 10 años cuando la diseñadora jalisciense Delia Lepe comenzó a construir los cimientos de su proyecto. Sus primeros pasos consistieron en apostar por artesanías y accesorios de decoración, siempre con una esencia absorbida por raíces mexicanas.
En ese campo fértil, las características artesanales fueron su sello ante el mundo, con productos hechos a mano tras manipular el ocoxal (acícula u hoja de pino); su principal materia prima, tanto en decoración como en joyería.
Lepe comenta que su línea de joyería es resultado de una idea que tuvo su madre Delia Santana, pues un día le hicieron un regalo que contenía joyería de otra fibra, por lo que la señora se preguntó por qué no intentar diseñar joyería a base de ocoxal.
Así, Delia Lepe bautizó al proyecto con el nombre de Okoxal, para honrar la raíz náhuatl de esta palabra que significa "manto de ocote".
"Tuvo la idea. Empezamos con un par de artesanos a hacer muestras a prueba y error. En un inicio la técnica era muy similar a como se hacen las canastas, pero las cosas quedaban muy burdas. Hasta que vimos la manera de crearlas más finas con materiales diferentes y cambiando la técnica".
La diseñadora indica que se trabajó en una técnica nueva para que arrojase productos de estética inédita, que no se pareciera a ninguna otra artesanía del mercado.
"Hemos tratado de mejorar nuestra calidad, utilizando mejores materiales. Por ejemplo, el material que utilizamos ahorita es plata o chapa de oro de 22 quilates. Utilizamos perlas cultivadas, piedras naturales y semipreciosas".
ALIANZA CON ARTESANOS
Otro punto interesante de Okoxal es su colaboración con artesanos nacionales. Uno de sus proyectos está enfocado a trabajar con artesanos wixárikas (huicholes), creando colecciones donde ambas técnicas son combinadas. "Eso nos ha funcionado muy bien, porque el trabajo wixárika es un arte hermoso".
En su filosofía, Okoxal se enfoca a reconocer la calidad y el trabajo de los artesanos mexicanos. Además, considera que el comercio justo es la mejor herramienta para dar a conocer en todo el mundo lo que se realiza en el país.
"Hemos estado participando en diferentes exposiciones. Estuvimos en Alemania en una exposición. Tenemos varios clientes en Italia, en Holanda, en Francia, en Puerto Rico y en Estados Unidos".
La diseñadora acentúa el reconocimiento que el extranjero le da a la artesanía nacional, en un intercambio que se gesta gracias al turismo, sector que actualmente se ha visto sumamente afectado por la contingencia sanitaria.
"Buscamos que el mundo conozca que lo hecho aquí es de muy buena calidad. Tenemos diseño para competir con cualquier país".
Por esos motivos, Delia Lepe sabe que la única dirección a seguir se encuentra hacia delante, pues detrás de su equipo existen muchas familias de artesanos que dependen de su trabajo. Las redes sociales han fungido como un nuevo enlace con sus clientes. Adaptarse es el sendero que parece recibir a esas hojas de pino, que caen al ritmo de la luz, desde lel ramaje donde surgen las ideas.
