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Laguna: urge captar oportunidades

ÉDGAR SALINAS

Se llevó a cabo en Torreón el primero de los foros que la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (SEDATU) convocará este año a fin de analizar obras y proyectos a impulsar en las zonas metropolitanas del país. En principio la metropolización es una realidad cuya morfología urbana, económica y social debe atenderse con criterios de planeación, gobernanza y gestión adecuados para esta realidad territorial y económica del país en la que vivimos 7 de cada 10 habitantes en México.

A la fecha no hay un esquema optimizado en el país desde el cual puedan guiarse localmente las diversas zonas metropolitanas para estructurar la organización administrativo-política o gobernanza; la traza y morfología urbana y económica, así como las prácticas de convivencia social en este tipo de conglomerados urbanos. Así pues, la reflexión está abierta y emular las pocas prácticas exitosas que en rubros específicos existan es un ejercicio válido en la configuración del modelo de gobernanza para los necesarios odres nuevos exigidos por la metropolización.

Este ejercicio es tan necesario que, en mi opinión, el planteamiento temporal y temático de los foros aletarga la toma de decisiones respecto a una realidad que apremia respuestas. Sin embargo, es de reconocer la apertura que significa en términos de participación este planteamiento. En tanto se avanza por esa vía, me parece que la Comarca Lagunera debe acelerar un proceso simultáneo de mayor relevancia en el corto y mediano plazo: se trata de la captura de oportunidades de desarrollo dado el rezago acumulado y que, más allá de la contundencia de los indicadores, se hace evidente para cualquier mirada ante el dinamismo económico, urbanístico, educativo y social de otras regiones metropolitanas del país.

Situarnos frente a este desafío implica practicar la autocrítica a diversos niveles. Por ejemplo, quienes de alguna u otra forma participamos en la conformación de la agenda pública regional podemos cuestionar si estamos haciendo las preguntas correctas y si abordamos con un enfoque riguroso y sistémico la definición de lo que denominamos problemas en La Laguna. Una definición torpe y ligera de un problema está acompañada de preguntas incorrectas y de inoperancia como consecuencia. En el mejor de los casos se patea el bote y en el peor de ellos se hila una verborrea llena de nostalgia paralizante, ensoñaciones evasivas y heridas a lamer, además de acumular ejercicios para la tormenta de ocurrencias carentes de solidez. Al final del día, perdemos como región. De ser delanteros veloces, la realidad nos habilita como laterales fijos. Y creemos seguir en el once titular cuando en realidad estamos a la víspera de la banca en el equipo de las regiones dinámicas y boyantes del país.

Para cambiar hace falta ponerle número a la casa:

Cuando hablamos de desarrollo económico, por ejemplo, ¿a qué nos referimos? ¿a un PIB regional mayor? ¿a un PIB per cápita mayor? ¿de cuánto? ¿en cuánto tiempo? En consecuencia, ¿desde cuáles palancas productivas? ¿ya están instaladas? ¿cuál es su potencial? ¿es necesario atraer otras complementarias? ¿cuánto cuesta eso? ¿por qué vendrían a desarrollare aquí? ¿tenemos la gente que atrae a empresas de alto valor agregado? ¿qué implicaciones para la sostenibilidad de la región tendrá eso? ¿qué acciones se deben realizar para que el urgente crecimiento del ingreso de la población sea compatible con el uso sostenible de los recursos naturales de la región? Las respuestas deben darse frente al espejo y la visión, no ante el derrotismo y la ensoñación.

Un ejercicio local cada vez más reconocido en el ámbito académico y de políticas públicas nacionales es el dado en materia de seguridad. A ese, en un momento determinado, se le puso número, voluntad, recursos y coordinación. Hay factores regionales en el país que seguramente han acompañado los resultados acá, pero el haberse fijado con rigor metas específicas, impulsó los resultados que hoy día vemos reflejados. Sí podemos.

Practiquemos la autocrítica. Pongamos número a la casa y no perdamos tiempo en sobar egos dolidos sino en darle futuro sostenible, sólido económicamente y muy vivible socialmente a La Laguna. Captemos oportunidades ya.

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