Hay números que tienen una destacada presencia en el lenguaje y uno de ellos es, sin lugar a duda, el número tres. Muchas palabras llevan incluido (a veces evidente, otras escondido por ahí) el número tres, y hoy le daré, si usted me da licencia, algunos ejemplos de ello.
En muchos lugares hemos visto: “Participa en la trivia y gánate un fabuloso premio…” y le entramos al reto con la ilusión de ganar, aunque luego resulte que la recompensa era una pluma barata o algún otro artículo chafa, de mala calidad. El caso es que vemos la palabra “trivia” y entendemos que la actividad se trata de responder a preguntas, pero ¿por qué se llama trivia? Pues porque se ofrecen tres opciones de respuesta para que tú escojas la correcta y te ganes el fabuloso premio.
Eso es lo que significa la palabra trivia: trique es tres, y vía, camino. Ah, entonces, ¿no puede haber trivias con dos opciones de respuesta… o cuatro, o más? Claro que sí. De hecho, algunos estudiosos del lenguaje sostienen que la trivia viene de “trivial”, que es cualquier cosa que no tiene real importancia, que no es sobresaliente, porque en realidad las respuestas de las trivias suelen carecer de relevancia.
Al final de cuentas, ambas palabras comparten el mismo origen latino trivium, que efectivamente significa “tres vías” y se refería originalmente a tres de las siete artes liberales que se impartían en las primeras universidades durante la Edad Media.
Estas siete artes se dividían en Trivium y Quadrivium. Las primeras tres “materias” (si me permite llamarlas así) del Trivium eran la Gramática, la Dialéctica y la Retórica. Estas eran consideradas muy importantes, porque le daban al estudiante la capacidad de aprender por sí mismo. Luego se impartían las “clases” del Quadrivium que eran las de los números: Aritmética, Geometría, Astronomía y Música. No que fuera más importante el Trivium que el Quadrivium, pero se enseñaba primero porque representaba la base del aprendizaje que les brindaría a los alumnos de aquel tiempo la capacidad de poder desarrollar la destreza mental.
Otra palabra que incluye al destacado “tres” es: trifulca. Por ejemplo, en algún partido de futbol, los jugadores se enojan porque el arbitro les expulsó a uno de ellos y entonces se arma el desorden, la bronca… la trifulca. El origen de la palabra es el latín trifurca que significa “tres dientes” y se refería a un aparato que tenía tres palancas para mover unos fuelles, utilizado para fundir metal. La cosa es que se necesitaban tres operadores para hacer funcionar esta máquina, y estos tenían que mover frenéticamente el mecanismo, así que, con tanto movimiento alocado, aunado al “relajo” que hacía la máquina por el ruido, se le fue nombrando por analogía trifurca y luego trifulca al escándalo que se hace cuando hay una pelea.
Y rápido, antes de irme, le comento otra para que sean tres: la palabra tribu. Esta nace para designar a las tres partes en la que se dividía a la antigua Roma: Ramnes, donde vivían los latinos; Tities, donde vivían los sabinos; y Luceres, donde vivían los etruscos. Luego, tribu se quedó como la palabra para definir a un grupo social determinado.
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ME PREGUNTA:
Ivette Pozas: “¿Cómo es correcto? ¿Es posible de que mañana regrese o es posible que mañana regrese? ¿Se pone el ‘de’ o no?
LE RESPONDO:
En el caso específico que me menciona, lo correcto sería: “Es posible que mañana regrese”. Es un error común agregar la preposición “de” en algunos casos como este y a eso se le llama: dequeísmo.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Realmente hacen menos mal cien delincuentes que un mal juez.
