El presidente Trump recalcó que dicha declaratoria no significa que el brote no esté controlado, pero sí que este ha escalado a un nivel de gravedad mayor. (EFE)
El presidente Donald Trump declaró el día de ayer el estado de emergencia nacional para Estados Unidos para combatir el COVID-19, el cual liberará un fondo de hasta 50 mil millones de dólares de forma inmediata.
Dicha declaración da inicio a un proceso por el cual los Gobiernos estatales y tribales podrán obtener acceso a fondos federales para atender la propagación del virus. La declaración ayuda a garantizar que el Gobierno esté aprovechando los recursos para ayudar a evitar el sufrimiento humano y la pérdida de ingresos que ocurriría en la pandemia ya decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El presidente Trump recalcó que dicha declaratoria no significa que el brote no esté controlado, pero sí que este ha escalado a un nivel de gravedad mayor.
Para acceder al mismo, los gobernadores y líderes tribales deberán decretar dentro de sus demarcaciones la declaratoria de "desastre mayor", acción que el presidente Trump ha alentado para que se lleve a cabo.
Cabe recalcar que la mayor parte de la asistencia por desastre del Gobierno federal está disponible a través de un Fondo de Ayuda para Casos de Desastre, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, que tenía un saldo de 41,600 millones de dólares a finales del pasado mes de febrero.
La mayor parte del dinero se utiliza para reembolsar a los Gobiernos estatales y los Ayuntamientos cuando los costos del desastre son demasiado elevados para que puedan absorberlos.
Los Estados de la Unión Americana usualmente cubren el 25 % del costo, en tanto el Gobierno federal absorbe el 75 % restante.