Brandon Lai, aficionado de los Warriors, usa un cubrebocas debido al coronavirus previo al partido entre Golden State y Toronto. (AP)
La Liga Profesional de Futbol de Estados Unidos (MLS) se unió ayer a la declaración conjunta de la NBA, MLB y NHL en la que se limitará de forma temporal el acceso a los vestuarios de los jugadores durante los entrenamientos y los partidos, debido al brote del coronavirus (COVID-19) que se vive en todo el país.
Hasta el momento ya son 650 los casos confirmados en Estados Unidos con 26 personas fallecidas, mientras que otros 72 casos han sido detectados en Canadá.
"Después de consultar con expertos en enfermedades infecciosas y salud pública, y dados los problemas que pueden asociarse con el contacto cercano en entornos previos y posteriores al juego, todos los vestuarios y sedes de los clubes se abrirán sólo para jugadores y empleados esenciales que necesitan ayudar a los jugadores en las instalaciones", se destaca en la declaración conjunta.
"El acceso a los medios se mantendrá en zonas designadas fuera del vestuario y la sede del club. Estos cambios serán efectivos a partir de los partidos y entrenamientos de hoy, y se mantendrán en vigor hasta nuevo aviso", destaca el comunicado.
"Continuaremos monitoreando de cerca esta situación y tomaremos las medidas necesarias que permitan mantener un ambiente seguro y acogedor".
La semana pasada, la MLS anunció la creación de un grupo de trabajo para gestionar la respuesta de la liga y sus clubes a la presencia del virus COVID-19.
El mismo estaría en contacto directo con las agencias gubernamentales relevantes, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Agencia de Salud Pública de Canadá, y también está coordinando con otras organizaciones deportivas los pasos a seguir.
Los cambios, que según las ligas son temporales, ya comenzaron a ser utilizados la pasada semana por algunos equipos de la NHL.
Mientras que la NBA dijo que las entrevistas con jugadores continuarían en diferentes entornos, haciendo hincapié en que se de un espacio de separación de 2,5 metros entre los periodistas y los entrevistados.
