Paradigma. En el nuevo orden mundial de la sana distancia los autocinemas se volverán una verdadera opción en el campo del entretenimiento, una forma de reactivar la industria del cine por estos días.
La actual pandemia que se vive por el COVID-19 ha ocasionado diferentes cambios en nuestro desempeño social, disminuyendo considerablemente la interacción personal.
Ante esto, diferentes industrias se han visto afectadas, como la de los cines, establecimientos concurridos que fueron de los primeros en verse forzados a cerrar sus puertas para evitar la rápida propagación de la enfermedad.
Gracias a esto, una modalidad de ver el séptimo arte que ya estaba 'casi muerta' podrá regresar con mayor fuerza, posicionándose como el favorito de los gustosos por el cine nuevamente.
Estos son los autocinemas, los cuales nacieron en el año 1915, cuando todavía tener un auto era un novedoso lujo. Esto se originó en Nuevo México, donde se inauguró el 'Theatre de Guadeloupe', mismo que proyectaba películas mudas a cerca de 40 autos.
Aunque era una novedosa e innovadora idea, el proyecto no funcionó por logística.
Fue hasta la década de los 40, principios de los 50, que comenzó a tener un auge a nivel mundial, llegando a las más de mil sucursales en diferentes continentes.
El audio de las películas comenzó a proyectarse a través de grandes bocinas a un costado de las pantallas, después, a través de bocinas en cada auto y luego, por medio de una radio frecuencia para escuchar dentro del automóvil.
El filme 'Vaselina' mostró perfectamente la popularidad de los autocines, siendo concurridos por jóvenes parejas de preparatoria.
La grandeza de los autocinemas comenzó a decaer a comienzo de los 70 con el crecimiento acelerado de las salas de cine como las conocemos hoy en día.
En la actualidad, los autocinemas no son muy concurridos por la preferencia de la comodidad a los asientos reclinables y comida a tu asiento, pero gracias al COVID-19 empresarios de talla mundial han reestructurado la modalidad 'vintage' de ver el cine.
En diferentes países, esta modalidad ya es un hecho, construida en aeropuertos como en Lituania, o en estacionamientos de restaurantes como en Estados Unidos.
El autocinema beneficia a la sociedad a estar más protegidos, sin tener contacto con otras personas y revivir lo que probablemente nuestros abuelos o bisabuelos disfrutaron en su época.
Con las tecnología, se espera que en estos nuevos establecimientos los boletos se adquieran solamente a través de aplicaciones digitales, teniendo la posibilidad de hacer las órdenes de alimentos a través de las mismas.
Esperamos que esta modalidad 'vintage' actual, nos ayude a pasar el trago amargo que nos ha dejado el virus y poder consumir la grandeza del cine de una distinta forma.