En las Olimpiadas de Rio de Janeiro 2016, la oriunda de Tijuana representó a México en la justa. (JAM MEDIA)
En el 2016 compitió por México en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El próximo año, en las pospuestas Olimpiadas de Tokio 2020, la bajacaliforniana Gabriela Bayardo-Schlosser lo hará por Holanda.
Así lo contó la destacada arquera nacida en Tijuana, en otra entrega de la charla de mujeres Femecrode, que tuvo como anfitrionas a las periodistas mexicanas Araceli Martinez-Rose, la oaxaqueña Lupita Ojeda y la lagunera Vanessa Méndez.
"Elegí no rendirme. Mi corazón seguirá siendo mexicano, aunque mi uniforme olímpico pertenezca ahora, con gran orgullo a los Países Bajos, que es ahora mi patria adoptiva. Estoy feliz con las decisiones que he tomado en mi vida y en mi carrera", señaló desde el viejo continente de manera virtual, en la entrevista que realizaron las integrantes de la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos (Femecrode).
Tras la justa internacional en Brasil, inició una relación sentimental con el holandés Mike Schlosser, por lo que tuvo que cambiar de residencia a Europa. Habló con los directivos de la Federación Mexicana de Tiro con Arco de su situación, pero al tener que realizar entrenamientos y concentraciones en el país azteca, tuvo que renunciar a México, por lo que tras un año de receso, comenzó a defender el color naranja.
Comenzó su experiencia deportiva acompañando a sus hermanos quienes con gran talento jugaban beisbol. Durante su niñez Gabriela estudió danza hawaiina, practicaba softbol, pero cuando el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Tijuana abrió sus puertas en 2005, llegó la invitación familiar para participar en tiro con arco, ya que buscaban nuevos talentos para ese deporte.
CAMBIOS
Como a otros deportistas, la pandemia del COVID-19 le afectó a la arquera, ya que se cancelaron sus prácticas, competencias e invitaciones. Sin embargo, en el plano personal, ha tenido varios logros.
"El 2020, nos ha permitido reflexionar mucho sobre lo que realmente es importante en la vida y lo que queremos: Al principio del año, no tenía mi situación migratoria todavía y no sabía si podía participar en los Juegos Olímpicos por los tiempos" expresó.
Y es que confesó que aprendió el idioma y obtuvo la nacionalidad, mientras que cuando el confinamiento hizo mella, donde muchos perdieron el ritmo de competencias y prácticas, ella decidió no rendirse y continuar para estar lista cuando llegara la oportunidad.
"Me puse a llorar cuando me dijeron que había seleccionado a Holanda, fueron lágrimas de felicidad al tener mi pase olímpico a Tokio 2020 y además, con ese tiro acertado, llevar conmigo a la selección de los Países Bajos".