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Política criminal: Delincuencia organizada transnacional

DANIEL CABEZA DE VACA

La delincuencia organizada, actualmente es considerada una empresa criminal transnacional, que obtiene sus ganancias y poder mediante la comisión de los delitos de tráfico de personas, armas, órganos, prostitución y drogas, entre otros fenómenos delictivos. Los grupos transnacionales de DO, por medio de la corrupción y la violencia, tratan de asentarse en los países, penetrar su sociedad e instituciones, desafiando a los Estados mismos; controlan y fomentan la criminalidad ordinaria, tratan de adueñarse de la obra pública y más recientemente, se alían con grupos terroristas internacionales, así como movimientos subversivos locales.

Los esfuerzos internacionales, como las Convenciones de Viena y Palermo, son espacios de homologación técnica que se han quedado muy cortos. Una experiencia que debemos analizar, por su respeto a la soberanía de los países, es el caso de la Unión Europea; el nivel de homologación normativa, de coordinación y colaboración que han alcanzado, está dando buenos resultados contra esas empresas criminales. Los esfuerzos multinacionales deben de empezar por una coordinación regional, que atienda su problemática común y la derivada de sus fronteras.

Hasta ahora, nuestro país ha operado por medio de acuerdos bilaterales con diversos países, pero la realidad es que el fenómeno requiere de un gran acuerdo de armonización y homologación legislativa en materia penal, además de una efectiva colaboración y una mejor coordinación operativa, pero sobre todo una verdadera política criminal en contra de la DO, que con sus pequeñas adecuaciones fuera igual en todos los países de la región. En México hemos avanzado a una verdadera superprotección a los DD. HH., pero los mecanismos que hacen compatible la persecución a la DO con los DD. HH., se han quedado rezagados, haciéndola cada día más difícil.

El connotado jurista italiano Luigi Ferrajoli sostiene que la delincuencia organizada siempre ha existido, pero ha asumido un desarrollo transnacional, ha adquirido importancia, poderío militar y un peso financiero sin precedentes. De este fenómeno expansivo destaca tres aspectos: 1. El crecimiento de esta criminalidad es efecto de la explotación de la miseria por cúpulas de organizaciones criminales, las que obtienen ganancias colosales, por ejemplo, en el mercado clandestino y por el monopolio de la droga, 2. Su desarrollo transnacional se debe a la globalización de las comunicaciones y economías, sin la correspondiente globalización del derecho y de sus técnicas de garantía, 3. El fenómeno criminal está coludido con el sistema de los poderes legales, públicos y privados, en primer lugar con los grandes poderes económicos transnacionales; y en segundo lugar, con los poderes públicos, a través de una diversidad de formas de corrupción.

En ese marco, la pregunta sería: ¿Qué nos falta hacer en México? Además de su participación y armonización con el contexto internacional, nosotros no hemos querido reconocer que ese fenómeno ya nos alcanzó e infiltró; las formas tradicionales para enfrentarlo ya no son las adecuadas.

Debemos efectuar un diagnóstico integral y completo del problema delictivo transnacional, que surja de un órgano multidisciplinario de carácter técnico, con presencia académica y ciudadana. A partir de este, diseñar una política criminal adecuada con pleno respeto de los DD. HH., impulsando la reconstrucción del tejido social. En el mundo la DO se persigue con fiscales y jueces, sumando y concientizando a la sociedad en este esfuerzo y armonizando la política criminal de combate a la delincuencia común, con la de DO transnacional.

Existen antecedentes de esfuerzos similares en otros países, como es el caso de Italia con los magistrados Falcone y Borsellino y de Colombia, a través del Consejo Superior de Política Criminal, también contamos con importantes recomendaciones y observaciones de los organismos multilaterales de los que México es parte. Creo que vale la pena explorar nuevas formas de hacer las cosas. Si lo que siempre hemos hecho no ha funcionado en el combate de la DO, cambiémoslas por el bien de México y la humanidad.

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Escrito en: editorial Daniel Cabeza de Vaca

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