El ojo humano es muy sensible a la exposición de luz y requiere una protección especial. (ARCHIVO)
Debido a la pandemia de COVID-19, el uso de dispositivos digitales y pantallas aumentó de manera considerable. En el caso de los más pequeños del hogar, estos aparatos se han convertido en el pilar de sus actividades cotidianas. De entrada, el modelo educativo emergente propuso como protagonista a la televisión, aunado a las clases en línea que algunas instituciones educativas implementaron para la "nueva normalidad". Además, al no poder salir durante estos meses, muchos recurrieron a los videojuegos y plataformas de streaming como opciones de entretenimiento.
En general, el ojo humano es muy sensible a la exposición de luz y requiere una protección especial tanto para interiores (luz azul-violeta), como para exteriores (rayos UV). Sin embargo, el riesgo en los niños se eleva ya que son particularmente vulnerables porque su cristalino sigue siendo muy transparente y, por ende, filtra la luz con menor eficacia.
EFECTOS SECUNDARIOS POR LA LUZ
Al no contar con una correcta protección, detallan los especialistas de Essilor, es factible que se acelere el envejecimiento de determinadas estructuras oculares, lo cual va a deteriorar nuestra visión. Añaden que la exposición acumulativa a la luz azul violeta puede catalizar el envejecimiento de la retina, aumentar el estrés oxidativo retiniano y ser un factor agravante en enfermedades de la retina como degeneración macular relacionada con la edad.
Al respecto, Juan Sebastián Bejarano, gerente de entrenamiento de Essilor México, pide que el primer examen visual sea a los seis meses de edad o, incluso, antes. Asimismo, se debe efectuar cada seis meses en menores de seis años. Si se detecta alguna alteración visual a tiempo, señala, lo más probable es que el paciente obtenga un muy buen pronóstico.
En adolescentes y adultos, Bejarano recomienda someterse a un examen visual cada año pues "nueve de cada 10 personas son sensibles a la luz del sol. Unos no lo saben y otros no utilizan ninguna protección para mitigarla".
Entre las opciones para proteger nuestros ojos figuran tecnologías como Transitions, que son lentes que se adaptan automáticamente a los cambios de luz, bloquean los rayos UVA y UVB, y se oscurecen o aclaran, según el espacio en el cual nos encontremos.
