Condecorados. Los integrantes de la Compañía de Teatro Penitenciaria se alzó con el Premio Ciudad de México.
La Compañía de Teatro Penitenciario de la cárcel mexicana de Santa Martha Acatitla rompió de nuevo con los esquemas. La comunidad artística ha volcado sus ojos hacía ella tras recibir esta semana el Premio Ciudad de México.
Este grupo, formado hace 11 años y dedicado a las tablas y a sus principales dramaturgos, se ha sido una vía de escape y el mejor camino hacia la reinserción social y laboral para muchas personas que están o han estado privadas de su libertad.
William Shakespeare es, precisamente, uno de los autores a través de los cuales han dado rienda suelta a su imaginación y a su creatividad, pero también a su capacidad para hacer un buen trabajo desde el esfuerzo y la dedicación.
La Compañía de Teatro Penitenciario es uno de los proyectos de Impacto Social del Foro Shakespeare y ofrece a sus integrantes un grupo donde sentirse motivados por un objetivo común, es decir cada función, planeada y ejecutada de la manera más profesional posible.
Por esto, el premio otorgado por la Academia Metropolitana de Teatro (AMdT) a proyectos que a través de las artes escénicas buscan tener un impacto social en la capital mexicana ha caído como anillo al dedo a su integrantes.
"Es importante que reconozcamos el arte como una actividad profesional que se cobra porque existimos personas que vivimos del arte. Y si lo estiras con respecto a la cárcel y al contexto de esta compañía, este reconocimiento resuena muchísimo", expresó Itari Marta, directora de la agrupación.
De la misma manera, la licenciada en arte dramático considera que justo en este momento de agitación social este premio "es un gran símbolo" porque genera un punto de encuentro donde "se conectan los polos" y la comunidad artística recibe con aplausos y con un premio económico a una compañía que "tal vez podría haber rechazado".
El reconocimiento llegó de manera inesperada el pasado jueves, ya que era la tercera vez que la compañía estaba nominada y sus integrantes pensaban que tal vez no eran los indicados, pero la broma que hacían sobre que "a la tercera va la vencida" terminó haciéndose realidad.
Sin embargo, la situación es compleja porque debido a la cuarentena por la COVID-19 los internos casi no pueden comunicarse ni mucho menos verse para celebrar con sus compañeros, ya que algunos no se encuentran ya en el reclusorio y trabajan en el exterior.