Los taxis robots, bautizados como 'robotaxi', serán muy pronto una realidad tras las avanzadas pruebas hechas con automóviles autónomos, según anunció este miércoles en Las Vegas la empresa Mobileye. (EFE)
Los taxis robots, bautizados como "robotaxi", serán muy pronto una realidad tras las avanzadas pruebas hechas con vehículos autónomos, anunció este miércoles en Las Vegas la empresa Mobileye.
La fase de prueba del proyecto se hará este año en tres ciudades, París, Tel Aviv (Israel) y Daegu City (Corea del Sur), explicó Ammon Shashua, director general de Mobileye durante la mayor feria de electrónica de consumo del mundo, CES, en Las Vegas (Nevada, Estados Unidos).
Mobileye, una empresa subsidiaria de Intel, desarrolla tecnología avanzada de detección y procesamiento de imágenes para la industria automotriz con sistemas avanzados de asistencia a la conducción basados en la visión que evitan accidentes.
Shashua estimó que los taxis autónomos sin conductor pueden ser operativos en 2025 y en la mayoría de los casos se tratará de vehículos eléctricos que contaminarán menos además de reducir los riesgos de accidentes.
La tecnología de Mobileye para el auto autónomo se basa en una docena de cámaras computarizadas que recopilan la información constante de todo lo que rodea al vehículo y que superan al ser humano al volante.
Solo se ha detectado un error de conducción no grave durante las pruebas acumuladas de 10 millones de horas de conducción, lo que equivale a manejar 2 horas diarias durante 10 años.
La cantidad ingente de data que producen las cámaras crea un entorno instantáneo en 3D.
"Si un automóvil aparcado abre la puerta el sistema lo detecta instantáneamente, antes que el ojo humano", afirmó Shashua.
La tecnología de movilidad inteligente de esta compañía tiene aplicaciones mucho más allá del vehículo autónomo como el mapeo de las carreteras y de las zonas por las que se desplaza, además del análisis de su estado.
"Para las ciudades inteligentes nuestros vehículos autónomos pueden rastrear el estado de las carreteras, si hay baches o agujeros, desniveles, roturas de calzada, imperfecciones. Toda la información se sube a la nube y se crea un mapa detallado", agregó Shashua.
"Esta información -prosiguió- es de gran valor para las ciudades y supone un enorme ahorro a la hora de supervisiones y arreglos".
La seguridad es la mayor preocupación en el desarrollo de los vehículos autónomos y, según Ammon Shashua, "el ser humano puede vivir con supuestos y presunciones pero una máquina no y por ello el sistema de conducción autónomo siempre asume en caso de duda el peor escenario y reacciona con la máxima prudencia".
Shashua puso como ejemplo que "si un conductor tiene derecho de paso cuando el vehículo está en un cruce puede decidir seguir adelante aunque no haya visto llegar a otro automóvil".
"El vehículo autónomo, por su parte, analiza la situación y ve no solo la llegada de otro automóvil sino también su velocidad para concluir que no debe seguir adelante", detalló Shashua durante la feria CES a la que asisten 170.000 visitantes y 4.500 empresas.
Fundada en Jerusalén en 1999, la empresa Mobileye fue adquirida por Intel en 2017 y su tecnología ha sido adoptada por las mayores firmas automovilísticas del mundo.
Hoy en día mas del 70 por ciento de los sistemas L2+ de los automóviles incluyen tecnología de Mobileye como el Nissan Pro Pilot 2.0, el Cadillac Supercruise o el BMW KaFAS 4.
Firma mexicana fabrica autobús autónomo
La empresa de ingeniería Sandvik Coromant México colaboró en la estrategia de fabricación del autobús lanzadera eléctrico Olli, un vehículo autónomo producido en Estados Unidos mediante impresión 3D, informó la firma en un boletín.
Este autobús, una innovación a cargo de la compañía estadounidense Local Motors, se produce mediante el ensamblaje, por parte “de un pequeño equipo de trabajadores”, de piezas fabricadas en impresoras de tres dimensiones.
Para optimizar ese proceso de ensamblaje, los ingenieros de producción avanzada de Local Motors contactaron con profesionales de Sandvik Coromant.
Los expertos de la empresa mexicana supieron atender la petición del fabricante estadounidense y lograron mejorar el “mecanizado de algunas características problemáticas en el chasis” del vehículo, precisa la nota.
Ese singular proceso de producción ayudó a que el autobús lanzadera pueda adaptarse a las necesidades específicas de cada cliente, además de reducir el tiempo de fabricación “en un 95 %”, por lo que cada unidad está lista en unas semanas.
“Si un coche o un camión convencional necesita años de desarrollo y como mínimo un mes de producción, Local Motors puede entregar un vehículo personalizado en cuestión de semanas”, explicó el director de investigación y desarrollo de Local Motors, Billy Hughes.
“Es una cuestión de escala”, desarrolló el ingeniero, haciendo referencia tanto al proceso mecanizado como a las “microfábricas” en las que se ensambla Olli.
La firma estadounidense produce este vehículo autónomo en naves construidas en edificios en desuso, una manera “de revitalizar la comunidad”, argumenta la compañía.
“Es muy emocionante ver que estamos construyendo los empleos, las fábricas y, sobre todo, los vehículos del futuro y poder hacer este viaje en compañía de grandes empresas como Sandvik Coromant”, reflexionó Hughes.
Este vehículo lanzadera eléctrico y de conducción autónoma está ya presente en lugares como Los Ángeles, Chicago, Las Vegas y National Harbor, en Estados Unidos, y llegó a Europa al instalarse en una escuela de negocios de Berlín (Alemania).