Después de siete años de tocar puertas finalmente se concretó la construcción del edificio del telebachillerato del ejido Tacuba, en San Pedro. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Después de casi 7 años de "peregrinar" para poder recibir su educación, finalmente los alumnos del telebachillerato que se encuentra en el ejido Tacuba, del municipio de San Pedro con un lugar digno donde estudiar, ya que ayer se oficializó la entrega de un pequeño edificio.
Para beneficiar no solo a alumnos, sino a la comunidad en general se decidió construir un Centro Artesanal Comunitario, pues además de la capacitación y el aprendizaje de los jóvenes, se pretende que sea utilizado para que se impartan clases de repostería, zumba, baile entre otras actividades de esparcimiento, así como para prender oficio que contribuya a la economía familiar.
Sin especificar los montos de inversión se dio a conocer que la obra estuvo a cargo de la Dirección de Obras Públicas y se construyeron tres aulas, sanitarios, banqueta perimetral, así como una cisterna con capacidad para 10 mil litros de agua, la cual cuenta con una bomba de extracción
La maestra María Fernanda Martínez Morales, manifestó que son 29 alumnos de los ejidos Tacuba, Zaragoza y Candelaria, quienes reciben su instrucción y que forman parte del Colegio de Bacilleres del Estado de Coahuila (COBAC) y ya son cuatro generaciones las que se han graduado, la del año pasado el grupo con mayor número, ya que 14 jóvenes concluyeron su instrucción media superior.
María Fernanda compartió que ella tiene cuatro años que se integró a la institución, pero está enterada de todas las dificultades que han enfrentado, ya que los primeros grupos recibían sus clases en el edificio de la telesecundaria, luego por algunos "detalles" que se suscitaron, y a sugerencia del comisariado ejidal decidieron instalarse en el salón que utilizan para las asambleas.
Recordó que cuando recién se cambiaron al salón ejidal trabajaban "amontonados", allí trabajaban con los tres grupos, lo que dificultaba su desempeño, pues la matrícula creció, por luego los ejidatarios ofrecieron una vieja finca la cual reconoce estaba a punto de colapsar, mientras que otro grupo hizo de una palapa su salón de clase, en donde dice los muchachos tuvieron que soportar frío, lluvia, tierra o calor, y luego hace dos años, cayó un fuerte aguacero que les tumbó el salón ejidal y uno de los vecinos de la comunidad les prestó un cuarto en su vivienda.
"Después de tanto insistir, andando de un lado para otro, metiendo oficios y que no nos hacían caso, finalmente ya tenemos nuestro edificio", dijo la maestra quien no pudo ocultar su emoción.
Para oficializar la entrega del edificio acudió la alcaldesa Patricia Grado Falcón quien expresó su reconocimiento a la maestra, por ser tan persistente, pues luego de que los visitó y observó en las condiciones tan precarias en las que se encontraban y que eso no impedía que los jóvenes continuarán con sus estudios, sin dudar autorizó el proyecto.