Una fiesta, la edición 32 del Maratón Lala

La gran fiesta atlética de la Comarca Lagunera no pierde su esencia, se mantiene firme como un evento que trasciende a lo deportivo, es un motivo de reunión familiar, de salir a disfrutar la mañana, de algarabía y de ánimos, es el Maratón Lala.

En su trigésimo segunda edición, el Maratón Internacional de La Laguna fue cobijado por un sensacional clima fresco, prácticamente perfecto para la práctica del atletismo al aire libre, lo que agradecieron los miles de corredores que se reunieron en el Parque Industrial Lagunero de Gómez Palacio, para dar inicio no solamente a una carrera, sino a la celebración final tras largos meses de preparación. Minutos antes del disparo de salida, los deportistas se revisan los tenis, se acomodan la vestimenta, realizan plegarias y confirman dedicatorias, algunos incluso de rodillas, hasta que se da salida y explota la adrenalina.

El coronavirus quedó de lado en esta ocasión, por una mañana nadie recordó la mentada enfermedad, los ciudadanos se congregaron en las calles, bordeando las avenidas para aplaudir a los atletas y "chocar" las manos con su vecino, su familiar, con su conocido de la escuela o su amigo del Facebook, las porras se repartieron por igual. Grupos musicales se plantaron en las calles, como los colocados al pie de la Torre Eiffel de Gómez Palacio y otro más situado justo en la entrada a Torreón, además de 30 porras oficiales que también participan en su propio maratón de ánimos y de creatividad.

El apoyo llegaba en forma de pancartas, de gritos, de sombreros y máscaras, con un aplauso, una naranja, una bolsa de agua, una fotografía o hasta alguna palabra altisonante, siempre buscando que el corredor diera un paso más que lo acercara a la META. Haciendo gala de su inventiva, niños invitaron a los corredores a tomar "energía" tocando un dibujo de hongo, al estilo del videojuego de Mario Bross, lo que causó miles de sonrisas en los atletas que ya a la altura de la colonia Torreón Jardín, luchaban por derribar su propia "pared".

La ruta del maratón cambió para este 2020 y llevó de regreso a los atletas por la avenida Central, luego de recorrer el Paseo del Campestre La Rosita, donde se suele presentar agotamiento, pero también aumenta el apoyo de los espectadores y se recarga la adrenalina. Con la salida del sol, aumentó un tanto la temperatura, pero no llegó a ser sofocante como en años anteriores, "consintiendo" un poco a los participantes que se enfilaban a cumplir su META personal, desfilando personajes como los tradicionales vaqueros, el Chapulín Colorado e incluso "El Joker", procedentes de diversas entidades del país, quienes fueron impulsados por graciosas botargas ubicadas en la puerta del estadio de la Revolución.

Arribar a la recta final en el Bosque Venustiano Carranza, supuso los últimos pasos de los maratonistas para lograr una META largamente buscada, los pasos finales pero los más pesados, aunque ya entonces la algarabía era más que notoria, con las gradas repletas de animosos espectadores. El gozo para los deportistas comenzó apenas se dio el último paso, ese con el que completaron un trayecto que incluyó más de 42 mil 195 metros, porque representa el recorrido un montón de sueños, de ilusiones y de dedicatorias, de causas nobles, de "mandas", de promesas a quienes se adelantaron en el camino, de confesiones de amor, de tantos motivos para cada corredor, como tantas emociones genera año tras año nuestro maratón.