Verdades y rumores
Y finalmente el dedo benefactor del Tribunal Electoral Federal apuntó al exbarsonista hoy convertido a Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, dejando colgados de la brocha a más de cien suspirantes de Morena en Coahuila, ya que todos ellos confiaban en que su jefaza, Yeidckol Polevnsky, les haría justicia durante el próximo Congreso local, en el cual los militantes del partido de moda tienen la seguridad de obtener al menos cuatro becas… Perdón, curules plurinominales. Aunque nadie se ha tomado la molestia de realizar trabajo proselitista, quienes representarán a la Cuarta Transformación en las urnas están seguros de que no les pasará encima la destartalada maquinaria del Partido Revolucionario Institucional, que echándole combustible de despensa, leche, huevo y pan, ya arrancó los trabajos para los próximos comicios, sumado a que el grupo de doña Yeidckol se cayó.
Nuestros subagentes, disfrazados de encuestador a modo, nos informan que quien ahora toma fuerza para las designaciones en el estado es el famoso ex 'hooligan' panista Luis Fernando Salazar, quien anduvo pateando un bote por las calles de Torreón; llora que llora contándole a quien lo quiso escuchar que no supo en qué momento se salió del desvencijado Acción Nacional, y ahora cobró tal fuerza que los desdibujados son nada más ni nada menos que el superdelegado de los trajes brillosos, Reyes Flores, y el mismísimo senador y empresario taurino carbonero Armando Guadiana. De igual forma se esperaba que el Partido Acción Nacional hubiera aprendido de las últimas lecciones que el electorado coahuilense le dio, pero terco y desatendido ese partido puso a encabezar la próxima renovación de legisladores al eterno candidato Guillermo Anaya. Con esas ayudas, parece que son PAN y Morena los que quieren acomodarle las cosas al tricolor, que, dicen, están a días de soltar una encuesta de Mitofsky donde se cuenta que 13 distritos serían para el PRI y tres para Morena. Así la guerra de partidos, candidatos y encuestas rumbo a junio.
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En una actitud reactiva, y "a 20 cuadras del desfile", se desenvuelven los flamantes elementos de la Dirección de Inspección y Verificación de Torreón, que comanda Antonio López, ya que solo elaboran actas y colocan sellos de clausura con base en las denuncias difundidas desde en las inestables redes sociales. A decir de nuestros subagentes, disfrazados de cadenero de bar mal encarado, los muchachos de inspección fueron a realizar el operativo video en mano, es decir, realizaron muy poca tarea de investigación previa al cierre, algo que se repitió con otro caso surgido en las redes, luego de que usuarios balconearan las gracias de un antro al que le dio por llevar un poni para entretener a sus clientes. Total, en ambos casos fue solo hasta que la incómoda prensa cuestionó que la autoridad se enteró, por lo que rápidamente acudieron a levantar un acta de clausura sin citar a ningún representante del negocio, algo que jurídicamente pone en riesgo el proceso administrativo de cierre, ya que incluso simularon que los sellos fueron colocados a altas horas de la noche, situación que resultó falsa. Luego de la balconeada a la oficina de inspección ahora los agentes de la policía de Torreón han iniciado funciones de inspectores municipales y, según denuncian propietarios de varios centros nocturnos, se presentan en los locales portando armas de fuego y solicitando la documentación del local, acción que contraviene a las disposiciones del propio reglamento municipal de alcoholes, que dejó esta práctica fuera de acción desde hace varios años. Mientras los inspectores reaccionan, los policías hacen su agosto asustando a clientes y propietarios de los negocios con la advertencia de que los van a clausurar aunque ellos no tengan en su poder ni actas ni sellos para realizar dicho procedimiento.
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El que parece no entender que mientras el Gobierno del Estado se hace sombra con la Federación para tranquilizar al asustado pueblo que tiembla luego de que se confirmara un caso de coronavirus en Torreón es el secretario de Educación de la provincia de Coahuila, Higinio González Calderón, a quien le dio por enviar una circular a los colegios del estado solicitando que cualquier estudiante que presentara síntomas de gripe, alergia o resfriado debería ser regresado a su casa unos días a fin de descartar cualquier contingencia médica. Sin embargo, lo que consiguió fue que en varios grupos de WhatsApp muchos padres de familia dijeran que a fin de descartar que se tratara del temible COVID-19 podrían llamar al 911 y personal de la Secretaría de Salud del estado acudiría a realizar pruebas gratuitamente, algo que de inmediato se prestó para que todos se cuestionaran sobre si las autoridades sanitarias de la provincia cuentan con el suficiente personal y las suficientes pruebas, en caso de que todo el que tenga síntomas llame nervioso, y si un pequeño es regresado... ¿los padres de familia, según el protocolo de prevención y contingencia, también podrán dejar de asistir a sus centros laborales? Nuestros subagentes, que todo lo oyen, nos comentan que al parecer, como de costumbre, la secretaria de Educación en el estado habla un idioma diferente al que utiliza para comunicarse el resto del Gobierno del Estado. Lo que sí es cierto es que los muchachos del jefazo de salud en la entidad Roberto Bernal han hecho circo, maroma y teatro para calmar los nervios de los coahuilenses, que ya se empiezan a preocupar no solo por lo relacionado con los temas de salud, sino por los latigazos que el virus de Wuhan le comienza a dar a la frágil economía mexicana.
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Como por "arte de magia" empezaron a llover certificaciones a los elementos de todas las corporaciones de seguridad pública de la provincia de Coahuila, luego de que la "mujer de hierro", Sonia Villarreal, tomara las riendas de la Secretaría de Seguridad Pública, luego de que le dieran las gracias al niño bonito de la Policía Federal, José Luis Pliego, quien nomás no dio una durante los casi dos años que estuvo encargado (eso es un decir) de que los coahuilenses durmieran tranquilos. Y es que desde que se hizo cargo de esta complicada cartera en la entidad, doña Sonia destrabó los documentos, que ya hasta telarañas tenían, y de paso mantuvieron en el limbo por dos largos años a un grupo de agentes. Bajo la estrategia de incrementar el número de uniformados, la jefaza de la seguridad se prometió llegar hasta los 800 elementos, pues el anterior secretario le heredó más corporaciones que agentes y vemos que en el caso de Coahuila, además del extenso territorio que hay que patrullar, un día sí y otro también hay que enfrentar los embates de algunos traviesos que buscan a como dé lugar ingresar al estado para hacer de las suyas. La cosa es que la mayoría de estos agentes que recibió la actual secretaria se encontraban en calidad de "quién sabe" y sin un aval de que hubieran pasado los exámenes de control y confianza que tanto le cuestan al sufrido contribuyente. Nuestros subagentes, disfrazados de patrulla varada, nos informan que entre felicitación y felicitación por los logros de doña Sonia en los pocos días que lleva en el hueso… Perdón, en el cargo, no faltó quien de paso le sugirió que también aprovechara para que sus muchachos asistieran a uno que otro curso sobre el respeto a los Derechos Humanos, que sigue siendo el talón de Aquiles de esta corporación.