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A dos meses del asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, la comunidad jesuita reiteró el llamado al gobierno federal para avanzar en las investigaciones y que se garanticen las condiciones de seguridad para los pobladores.
"Estamos convencidos de que sin justicia no habrá reconciliación en la zona rarámuri y por eso, a la par de nuestra exigencia, desde la Compañía de Jesús mantenemos nuestro compromiso para proyectar soluciones que permitan avanzar hacia la pacificación del país", dijeron.
Agregaron que "la militarización no es la respuesta, es sólo un paliativo que pone en riesgo la paz" y que la justicia es una obligación del Estado.