Para muchos sectores de la dirigencia nacional de Morena resultó extraño que la candidatura a la Gubernatura de Durango se la dieran finalmente a la ex alcaldesa de Gómez Palacio Marina Vitela; aún cuando el candidato de la Alianza PRI-PAN-PRD, Esteban Villegas, no es que sea sea tan fuerte que digamos. Extraño porque varias encuestas y sondeos que se pueden considerar objetivos, demostraban con claridad que el otro contendiente por la candidatura de ese partido, José Ramón Enríquez, estaba mejor posicionado en la entidad que la propia Vitela.
Si fue por la cuota de género, las buenas relaciones de la ex alcaldesa con el dirigente de su partido, Mario Delgado, o porque el senador Enríquez había cultivado varias enemistades al interior de Morena y sus partidos aliados, da lo mismo. La cosa es que la decisión a quién termina beneficiando es a la oposición, y no solo por que decantarse por un candidato no más por que sí y no midiendo la intención de voto entre la ciudadanía es darse un balazo en el pie, sino porque si el PRI, que prácticamente es el dueño de la alianza Va por Durango, recupera el estado, el tricolor en su vecino Coahuila, el próximo año saldrá más envalentonado.
Lo que si no se entiende, es como pudiera pensar Morena, que una política sin experiencia como Betzabé Martínez Arango, quien aún tiene pendiente validar su domicilio en Gómez Palacio, pueda competir por la Presidencia Municipal contra una priísta de la talla de Leticia Herrera. Salvo que Morena jugara a perder, la elección no tiene sentido. Y no solo porque Lety Herrera ocupara la alcaldía en dos ocasiones, fuera diputada y senadora, entre otras cosas. Sino porque si alguien sabe de operación política en territorio es el priísta.
A la alianza le hubiera resultado más incómodo un candidato como Ómar Castañeda, que los conoce, tiene una capacidad de discurso y argumento aceptable, viene de ganar una elección al Congreso Federal derrotando a otra priísta de trayectoria, pero sobre todo, duró más de dos año operando en la administración de Gómez Palacio, y básicamente dedicó gran parte de su trabajo a la organización de estructuras y bases a favor de Morena.
Lo cierto es que el panorama a Morena, al menos en Gómez Palacio, no le pinta nada bien. Omar Castañeda dijo que no se sumará a la campaña de Betsabé Martínez, pero que tampoco impugnará la decisión de su partido. Lo que habla de la grieta que divide ambos equipos, solo que el del diputado federal con licencia conoce bien el territorio y a donde llegan los programas sociales de la federación, mientras que Betzabé aún sigue batallando para convencer a las autoridades que si vive en la ciudad que busca gobernar. Y como para no perder la costumbre, al parecer también en Durango, el principal rival de Morena es Morena.
En un estado como Durango, la mancha urbana de La Laguna y la Capital, son sumamente importantes al momento de una elección, tampoco pintan bien las aguas es en la capital, Durango, donde el grupo leal al senador Enríquez, no solo no quiere operar a favor de la lagunera, sino que se teme que la mayoría puedan irse mejor con la alianza, en gran parte, porque no ven a Vitela como la mejor candidata, quien además desplazó la posibilidad de competir a un candidato mucho mejor posicionado.
Lo cierto que al momento de Morena registrar las candidaturas a las alcaldía, estuvo más alegre la fiesta en la sede de la alianza, que en el propio Morena, donde obviamente la mitad de los invitados que esperaban ver en la boleta electoral a Castañeda, no acudieron.
La ola de morena sigue, ya no con la misma fuerza que hace tres años, ni con el brío de los dos consecuentes, pero de ahí a que la marca tenga para derrotar con facilidad a Leticia Herrera y el nivel de conocimiento que se tiene en Gómez Palacio no solo de ella sino su familia en general, es otra cosa. Por lo pronto, habrá que esperar para ver un debate entre las candidatas de Morena y la alianza, porque lo que sí es innegable es que al menos al PRI en Durango, le pusieron las cosas a modo.