
El conductor de la unidad declaró que una de las llantas 'tronó', originando que perdiera el control.
La mañana del martes se registró la volcadura de una pipa cargada de leche; ante tal suceso se originaron actos de rapiña.
El percance se reportó al sistema estatal de emergencias 911 alrededor de las 08:30 horas, donde se indicaba que en la carretera San Ignacio-La Torreña, cerca del ejido Dolores, de Gómez Palacio, se había volteado una pipa.
De inmediato se concentraron en el lugar personal de Protección Civil, Bomberos y Cruz Roja. De acuerdo a la información que proporcionaron algunos testigos, el chofer logró salir de la unidad ileso, por lo que no requirió ser trasladado a ningún nosocomio.
El conductor se identificó como Manuel Alvarado de 32 años de edad, con domicilio en Torreón, quien a su vez manifestó que una de las llantas "tronó", originando que perdiera el control de la unidad.
La pipa quedó justo en la curva que se encuentra a la altura de una pequeña propiedad, a un lado de la cinta asfáltica, incluso se "llevó" parte de la valla metálica.
Algunos trabajadores del rancho que está al lado de la carretera declararon que de inmediato se acercaron para auxiliar al conductor, quien según afirmaron salió por sus propios medios ya que la unidad quedó volteada del lado del copiloto y pese a que la cabina prácticamente quedó inservible, el hombre solamente salió aterrado.
RAPIÑA
El accidente ocurrió a escasos metros del camino de acceso del ejido Dolores, conocido también como "La Borrega", por lo que al enterarse del suceso un grupo de personas se concentraron en el lugar y pese al riesgo que implicaba, algunos se colocaron debajo de la unidad para llenar contenedores de leche, por lo que fue necesario que personal de Bomberos y Protección Civil se colocaran en la parte posterior del contenedor, para evitar que se acercaran a fin de descartar un accidente mayor.
Al lugar llegaron también varias unidades de la empresa lechera y dos enormes grúas para encargarse de las maniobras para recuperar la pesada unidad, la cual quedó obstruyendo la circulación en un carril. Pese a ello, los conductores, muchos con carga pesada, encontraron un camino para acceder a la comunidad y rodear para continuar su trayecto.
Una vez que lograron "enderezar" la pipa nuevamente se derramó el lácteo y otra vez las personas que todavía estaban en el área, se "amontonaron" para llenar cubetas, garrafones u ollas que llevaban.
