¿Realmente cimbra en el sistema gobernante de Coahuila la renuncia del diputado federal hasta ayer priista, Shamir Fernández al tricolor estatal? O ¿Es una catástrofe para los suyos tricolores que simplemente es otro más de escarceos que en la grilla de la 4T con toda legitimidad está ejerciendo, en estas semanas previas a que se abra la competencia plena?
Es claro es que Shamir se ha entregado hoy al proyecto de Ricardo Mejía Berdeja, quien hoy luego de muchos años de trabajo político, tiene posibilidad de ser gobernador coahuilense luego de que según la ley, puede si la urnas lo favorecen, convertirse sin más en el sucesor de Miguel Ángel Riquelme Solís..
La lucha lleva ya años de experiencia de ejercer el oficio de la política laborando según los cánones de siempre y algunos rebotes la circunstancia, hoy le podrían dar a Ricardo, la posibilidad de alcanzar, si el voto ciudadano le favorece, las máximas magistratura del estado, amén de las circunstancias que hoy le aparentemente le fluyen a favor, para ser más claros, la enorme aceptación social disfruta el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Pero el tema hoy-ayer- es el legislador Shamir Fernández, el diputado federal que claramente ha hecho su cálculo político. Él sabe que su hueso y su fuero federal le durará hasta 2024, una vez que en Coahuila la gubernatura haya pasado de manos. La ley establece que con certeza el ingeniero Miguel Ángel Riquelme Solís concluirá su mandato el 30 de noviembre de 2023 a quien haya ganado la elección para relevarlo el primer domingo de junio del año entrante. Shamir lo tiene más que claro, como todo aquel que ando involucrado en la sucesión coahuilense, tal como lo establece el marco normativo en la materia.
Pero el diputado Fernández ha leído tal como suele ocurrir en el priismo, que hoy los vientos no le favorecen a nivel interno, no obstante que en el pasado le ha sido benigna. Sabe hoy por hoy que su nivel de influencia que es secundario a su nivel, y se ha jugado el todo por el todo en la grilla local en aras de Ricardo Mejía Berdeja, el flamante subsecretario de la Secretaría de Seguridad (esa que sin números presume el presidente López Obrador).
Más allá de intentar siquiera juzgar los motivos por los que el diputado hasta ayer priista y hoy declarado independiente (pasado mañana será del Movimiento de Regeneración Nacional), por más que diga que él ha sido muy servicial al pueblo que lo llevó a San Lázaro, sitio en la Cámara de Diputados, al dejar su pertenecía al otrora invencible Partido Revolucionario Institucional (PRI) las cartas clara vez están más claras.
El sistema político lo tiene en su puño el gobernador Riquelme, quien ha decidido que su delfín es Manolo Jiménez, quien se oponga hoy a eso está desafiando al sistema, tal como lo ha hecho Shamir.
El devenir de las semanas pondrá a cada quien en su real posición. Así sea el hoy diputado independiente Shamir Fernández; o ya sea el candidato oficial, el exalcalde saltillense Manolo Jiménez Salinas , o quien aspire a un puesto popular.
El diputado federal se la ha jugado, se podría decir que traicionando a su génesis política, pero los meses quizá lo ubicarán más temprano que tarde. En la vida regularmente esos bandazos cobran, no se diga en el campo donde está jugando Shamir.
El tiempo todo pone su lugar, el diputado Fernández como mucho ha decidido traicionar como suele ocurrir en tantos. El paso del tiempo dirá si su apuesta finalmente le termina favoreciendo.