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A la ciudadania

Bola de nieve

MANUEL VALENCIA CASTRO

Algunos personajes de gran influencia política se inflan tanto que llegan a crear su propia nube de incredulidad ensoberbecida por sus grandes fortunas, desde donde creen que pueden descalificar científicos y negar los avances de la ciencia. Esto suele suceder con frecuencia en la actualidad en el ámbito de la investigación climatológica y meteorológica. Es el caso de un senador republicano de la era de Trump, Jim Inhofe quien trató de desmentir el cambio climático y el aumento de la temperatura en el planeta, llevando una gran bola de nieve. El entonces presidente de la Comisión del Senado en Medio Ambiente, dijo que a pesar de que dicen que 2014 fue el año más cálido de la Historia (fue, ahora ya hay otros registros mayores a ese año), allá afuera está nevando y hace un frío totalmente atemporal.

Efectivamente después de un año cálido como 2014, ocurrió desde otoño un enfriamiento atípico en gran parte de los Estados Unidos. El punto es que el encargado de medio ambiente del Senado Norteamericano no había leído los informes del IPCC (Panel Gubernamental Para el cambio climático por sus siglas en inglés), y no se había percatado que las nevadas no contradicen el calentamiento global, que por el contrario el aumento de la temperatura en el planeta provoca climas extremos en varias partes del mundo, de hecho un evento similar aún más crudo se repitió con el año más cálido 2020 hasta ahora y el más frío el 2021, También en los estados unidos. Recordemos que 2021 fue un año terriblemente frío en el hemisferio norte, con una tragedia inesperada en Texas y grandes nevadas en países como Grecia donde es raro que sucedan.

Por estos patrones climáticos La Organización Mundial de Meteorología de la ONU decidió abrir El archivo de Extremos Meteorológicos y Climáticos que incluye las temperaturas más bajas y altas del planeta, las precipitaciones y granizadas más intensas, el mayor periodo de sequía, las ráfagas máximas de viento, el relámpago de mayor longitud, y las muertes relacionadas con el clima.

Lo cual ha sido recientemente soportado por un nuevo estudio liderado por la Universidad de Pensilvania que concluye que el cambio climático está relacionado con eventos extremos como las olas de calor, sequías, lluvias torrenciales e inundaciones, las cuales, señala, están aumentando tanto en número como en frecuencia.

Todo esto viene a cuento porque algunos, casi siempre los mismos están llenando pistolas de agua con agua de la presa, para negar la sequía severa y extrema que vivimos y que estuvo a punto de vaciar las dos presas que abastecen de agua a la agricultura de primavera verano en la región. Efectivamente, los huracanes del Pacífico siempre entran al quite y se vuelven a llenar las presas pero en el nuevo péndulo del cambio climático los extremos serán lo común no la excepción, sólo esperamos que, ni las sequías sean tan extremas ni las lluvias tan intensas en ninguna de las cuencas, porque en todas hay riesgo de inundación, el más alto es el de la presas, que ya no sabemos con certeza cuál es su real capacidad pues entorno a estas hay mucha erosión que origina que el suelo removido vaya a parar al fondo de los vasos y esto reduzca su capacidad, por otro lado, las presas tienen una vida útil entre 80 y 100 años cuando se atiende el mantenimiento correspondiente, lo cual también debe considerarse cuando el llenado de las presas se acerca a su capacidad real.

Que bueno es tener agua en nuestras cuencas, en nuestros ríos, ver al Nazas nuevamente en la zona urbana, pero esperamos que, en un corto o mediano plazo, se refleje también en los domicilios de los laguneros.

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