La agencia de calificación Moody's estima que el crecimiento será del 1.1 por ciento.
Las presiones inflacionarias, la volatilidad de los mercados, la inversión débil y la guerra entre Rusia y Ucrania, han hecho que analistas modifiquen las estimaciones de crecimiento de la economía mexicana a la baja, con una expectativa que va de entre 1.1 y 1.6 por ciento este año.
Por un lado, la agencia de calificación de riesgo, Moody's, estima que el crecimiento será de 1.1 por ciento, mientras que las previsiones ofrecidas por la analista en jefe de Coface para América Latina, Patricia Krause, aseguran que será del 1.6 por ciento, cifra menor a la esperada para los países de Latinoamérica.
Durante la videoconferencia "Actualización del contexto macroeconómico mundial" que organizó Coface Seguro de Crédito, Krause afirmó: "Es un punto sensible en todo el mundo el alza de precios de los alimentos porque afecta el poder de compra de la población y el riesgo de tensiones sociales son bastante elevados, los gobiernos tienen presiones para elevar gasto social".

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Acelerar la recuperación después de la pandemia es uno de los principales desafíos para las nacionesSeñaló que para contener estas alzas es importante incrementar las tasas de interés y añadió que, en el caso de México, "la política monetaria de Banxico está en línea con los otros bancos centrales de América Latina y ante el comportamiento inflacionario es importante el alza de las tasas de interés".
Asimismo, consideró que los incrementos a los precios de los commodities pueden beneficiar a los países de Latinoamérica, sobre todo a aquellos que venden materia prima, mientras que a México pudiera no favorecerle tanto, ya que sus mayores exportaciones pertenecen al ramo de la manufactura.
Con respecto a los impactos externos, explicó que se observan interrupciones en la cadena de suministro de productos, además de que puede haber un impacto adicional ante la decisión de China de confinar algunas ciudades por el incremento de casos de COVID-19, lo que puede generar aún más riesgos para la inflación, las cadenas de proveeduría y presiones en el tipo de cambio.
Moody's aseguró que la demanda interna lenta, las débiles perspectivas de inversión y productividad limitada, están lastrando las perspectivas de crecimiento a medio plazo.
La calificadora agregó que "una inflación más alta y una política monetaria más restrictiva afectarán el perfil crediticio de México más allá del efecto probable sobre el crecimiento económico en 2022. Los costos de endeudamiento interno aumentarán a medida que Banco de México continúe aumentando la tasa de política monetaria, incrementando la carga de intereses del gobierno".
Para el 2023, Moody's prevé un crecimiento del 2.1 por ciento, esperando que los niveles prepandemia del Producto Interno Bruto (PIB) vuelvan hasta finales del 2023 o potencialmente hasta el 2024.
Recientemente, el expresidente de la OCDE, José Ángel Gurría expresó que México necesita un crecimiento económico del 5 por ciento durante dos generaciones para recuperarse.
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prevé Coface que será el crecimiento económico de México para el 2022.