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Recuerdos de una vida olvidable...

Caleidoscopio revocable

MANUEL RIVERA

Anda, trata de ser original y aborda en este espacio algo inédito, me dije esta mañana de miércoles, día que no me engaña, pues desde temprano adiviné que es un sábado bien disfrazado.

Decido entonces someter al cuestionamiento de los lectores algunas consideraciones sobre la consulta para la revocación de mandato del Presidente de la República. ¿Tema inédito?, me pregunté, si durante semanas ha sido motivo desde continuos análisis periodísticos serios, hasta ejercicio cotidiano en redes sociales por expertos en consultas,en tanto surja el siguiente tópico de moda.

Trato entonces de corregir preguntándome, pero ¿lo abordarás alejado de una visión que divida al país en buenos y malos?

Vacío entonces imágenes grabadas en el caleidoscopio que ocupa el lugar de mi mente…

-Nada te parece, hijo. ¿Quién te entiende?... primero porque no lo tenías y ahora porque lo tienes-decía mi mamá al toparse con la inconformidad crónica propia del de las letras.

Evocación tan simple me lleva a reconocerhoy la existencia de un instrumento que mañanapodrá canalizar, en la vía pacífica de la democracia, la inconformidad ciudadana con el gobierno de cualquier orientación.Muevo ligeramente la cabeza y mi visión del caleidoscopio presenta otra imagen:

-¡No vaaannn a podeeeeerrrr!-era el coro infantil que escuchaba en momentos en los que el sol azotaba mi cuerpo conteniendo un corazón a punto de estallar y un par de pulmones que no se daba abasto para cumplir con su tarea.

Participaba en una carrera de 15 kilómetros a campo traviesa, organizada por el Congreso del Trabajo en una pequeña población cercana a la capital del Estado de México. Ejemplo de la dificultad de esta competencia, desde su inicio, fue esperar bajo quemante sol su partida al lado de un enorme cazo que ahogaba chicharrones en aceite.Tras el banderazo de salida doblamos la primera esquina para encontrarnos con una pendiente ascendente de unos 30 grados y cerca de medio kilómetro de longitud. Este recibimiento fue lo de menos.

La ruta, tal vez trazada por el preparador de fuerzas élite del mejor ejército del mundo, nos hizo atravesar hectáreas barbechadas que se tragaban nuestros tenis. Justo ahí nos encontramos con el grupo de niños que mal supusimos era de animación, pero que en realidad parecía deprecoces agoreros.

Seguramente la situación del país es más difícil, pero siendo así, ¿por qué focalizar la crítica en el disfrute del fracaso de los demás o en la creencia de su incapacidadpara ser mejores? Festinar la derrota muestra las ansias de algunos para sumar adeptos a su historia de fracasos, en lugar de impulsar futuras alternativas de victoria.

Ubicándose luego en el otro extremo,que tampoco reconoce un mundo de grises, cabría preguntar: ¿por qué apropiarse del abstracto llamado "pueblo" para asumir al triunfo como la gracia dada por un dios, cuya aprobación o bendición no admite otra verdad? En suma, ¿por qué insistir en la creación de bandos distintos en un país de necesidades coincidentes y en la difusión de argumentos que recurren a la ignorancia en una nación urgida de conocimientos para transformarse en los hechos, no en el discurso?

Un movimiento más alcaleidoscopiode los recuerdos:

-¿Y dónde están las boletas para votar a favor de que lo fusilen?-dijo el domingo 10 un hombre en una de las casillas ubicadas en el sector más exclusivo de San Pedro Garza García, Nuevo León, municipio conocido nacionalmente por su alto ingreso per cápita. Ahí mismo la representante de Morena, paradójicamente confesa crítica de este partido, pero al que apoyó en solidaridad con un amigo, este sí simpatizante del instituto político en el poder, debió permanecer estoica ante las alusiones discriminatorias contra su persona, hechas por algunos votantes.

Ni de chiste se le desea el mal a alguien, decía mi mamá. Tampoco, diría su primogénito, es racional castrar la inteligencia propia considerándose distinto a los demás.

Cabe hacer un último movimiento al caleidoscopio de los recuerdos olvidables, con la esperanza de que aparezca la imagen que muestre la imperativa necesidad de trabajar por el todo de todos, antes de seguir dividiéndolo por intereses de algunos… o al menos cunda la sinceridad de César "El Truco" Verástegui,candidato de Va por México a la gubernatura de Tamaulipas, quien dijo que le da miedo perder, pero más ganar, porque sabe el trabajo que viene. Es cierto, hay que reconocerlo, es más fácil destruir que construir.

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