Las lluvias irregulares y las heladas tempranas afectaron los cultivos de productores del Estado, señala el regidor Pedro Silerio. (EL SIGLO DE TORREÓN)
El 2022 fue un año complicado para el campo en Durango, por lo que se espera que las cosas mejoren para el próximo año, señaló el regidor Pedro Silerio García.
Recordó que a pesar de que se registró un buen almacenamiento de agua en las principales presas de la entidad, las lluvias fueron irregulares, lo cual afectó mucho a los cultivos de temporal. Las precipitaciones pluviales se tardaron en aparecer en la pasada temporada y cuando llegaron se registraron inundaciones en diferentes regiones de la entidad.
Lo que vino a terminar de impactar al campo de Durango, fue la llegada de las heladas tempranas, mismas que afectaron principalmente a los productores de frijol que se arriesgaron a sembrar tarde.
Lo sucedido con la producción de frijol es una clara muestra de lo que aconteció con el campo durante el año que está por concluir.
El 30 por ciento de la superficie cultivada de frijol se salvó, sin embargo, se registró una producción baja de 200 a 300 kilogramos por hectárea.
Por otra parte, el precio de garantía para la leguminosa, publicado el pasado 16 de noviembre en el periódico oficial, fue de 17 mil 544 pesos la tonelada.
La expectativa que se tenía era de por lo menos 20 pesos por kilogramo, lo cual no se logró y de nueva cuenta, quienes pierden son los productores.
"El problema es que cada vez es más caro producir y el frijol se sigue comprando muy barato a los campesinos, para darlo caro en anaqueles", anotó. Los campesinos tienen la expectativa de que en 2023 las cosas salgan mejor, tanto en la parte que depende la naturaleza, como lo que tiene que ver con la comercialización de sus productos.
