(SIGLO NUEVO)
En 2019 un tercio de la electricidad consumida por los alemanes procedía de la quema de carbón mineral pese a que un año antes el gobierno pretendía finalizar con el aprovechamiento mineral que deja una huella imborrable en la Tierra y en los humanos; para el futuro no sólo descenderá su consumo, al contrario, el gobierno teutón anunció su incremento y será hasta el 2038 cuando comiencen con su disminución, eso esperan.
La tendencia global en el uso del carbón mineral para generar energía está creciendo. Alemania es uno de los países europeos que más carbón consume, resultó su fuente de energía más importante en la primera mitad del año pasado. Ante esto, grupos ambientalistas germanos impulsaron un cambio en el rumbo, pero la dependencia hacia el gas Ruso, nación que se halla sumida en el conflicto bélico con Ucrania, obligó a los alemanes a rehabilitar sus centrales eléctricas de carbón.
En los bosques de Hambach, a una distancia de 30 kilómetros al oeste de Alemania, en Colonia, un grupo de ambientalistas se pronunciaron para intentar detener la acción minera que habría exterminado un bosque y después un pueblo enteros de aquella provincia. El bosque se hallaba “sobre uno de los yacimientos de carbón más grandes de Europa y desde que comenzó la extracción en 1978, los árboles fueron arrancados gradualmente para permitir a las excavadoras acceder a las riquezas que se encuentran debajo: millones de toneladas”, reportó la BBC en 2019.
El yacimiento de carbón marrón o lignito, abundante en aquella zona, es uno de los mayores emisores de dióxido de carbono y a pesar de esto Alemania se proveyó por décadas hasta deforestar el 90 por ciento de la floresta. El 10 por ciento de lo que quedó, se convirtió en un símbolo de la resistencia ambiental, aunque la batalla para frenar la deforestación resultó difícil, incluso cobró la vida de un ambientalista quien al intentar detener los trascabos de la empresa minera RWE, murió al caer de una azotea de una cabaña provisional.
Su vida no logró el cambio anhelado. El 24 de febrero de este año, ante las amenazas de Rusia de cortar el suministro de gas, Alemania comenzó a reactivar las viejas centrales de carbón.
Pero Alemania no es la única nación que depende del mineral para producir electricidad, en el mundo el porcentaje de energía generada con la quema del carbón sigue siendo alta. En el 2015 alrededor del 40 por ciento del total de la electricidad consumida en el planeta procedía de aquella fuente, una cifra que se mantiene desde el año 2000, que ha tenido sus ascensos y descensos, pero que no logra reducirse como se ha planteado en diversos acuerdos ambientales.
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