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Cielo

YAMIL DARWICH

Para los cristianos, la crucifixión fue el sacrificio aceptado por Jesús para la salvación, de ahí que año tras año la recordemos y es buena temporada para preguntarnos: ¿existe el cielo?

Las siglas ECM, se utilizan en los medios profesionales para referirse a los ´encuentros cercanos con la muerte´; incluyen a personas que sufren paro cardiorrespiratorio por un lapso variable, tiempo que en medicina consideramos suficiente para provocar destrucción cerebral por falta de oxígeno. Más allá de cinco minutos, se consideran causantes de daño irreparable del cerebro.

"La consciencia puede ser el mayor misterio al que se enfrenta la ciencia", es una frase que ha utilizado Eben Alexander, autor de ´La prueba del cielo´, profesor y neurocirujano de la Escuela de Medicina de Harvard, quien del pragmatismo científico pasó a ser creyente de la sobrevida espiritual luego de la muerte física.

La neurofisiología nos da explicaciones sobre las funciones el cerebro y ha llegado a describirlas, tratando de explicar cómo se da el fenómeno de pensar.

Los expertos en neurobioquímica, han podido identificar muchas sustancias que se producen, liberan y accionan para que se den los procesos mentales; con todo, también comprendemos que aún estamos lejos de entender a plenitud el maravilloso funcionamiento del Sistema Nervioso Central.

Gracias a los científicos de la medicina sabemos que: la serotonina es un neurotransmisor que se sintetiza a partir de la transformación del aminoácido triptófano y genera sensaciones de bienestar; que la dimetiltriptilina es responsable de inactivar o degradar neurotransmisores como la dopamina, serotonina, noradrenalina y/o adrenalina, provocando depresión de las funciones cerebrales, al bloquear a otra llamada monoaminoxidasa -MAO-; incluso, creando alucinaciones que pueden ser gratificantes. La dopamina induce sensaciones placenteras y de bienestar; de hecho, algunas drogas -opiáceos- tienen su efecto principal estimulado al cerebro para producirla.

El propio Eben Alexander, luego de responder a la terapia intensiva y salir del estado de coma, dijo: "Me estremecí al recordar la dicha del infinito e incondicional amor que había conocido ahí… por fin comprendía el sentido de la religión. Al menos el sentido que debía haber tenido. Yo no creía simplemente en Dios; no conocía a Dios. Mientras me acercaba al altar a recibir la comunión, sendos regueros de lágrimas surcaban mis mejillas".

David J. Chalmers, escribió "La mente consciente" y describe cómo surge el comportamiento y que relación existe con el mundo real percibido: "hasta ahora, las respuestas están más allá del mundo de la ciencia". No se refiere al esoterismo, sino a los límites que aún tiene la investigación médico científica.

Es evidente que nuestro cerebro, compuesto por una infinidad -millones- de redes neuronales, es un órgano tan complejo que apenas empezamos a comprenderle todos sus procedimientos. Inútil compararlo con el más avanzado procesador creado por el hombre, aún con inteligencia artificial.

Desde luego que existen científicos que explican el proceso de la muerte, definiéndolo -muy burdamente- con un apagar de sistemas, buscando siempre mantener la función vital cerebral. Así, se explica cómo las personas que están en el trance de morir llegan a ver una luz al final de un túnel oscuro, último esbozo de funcionamiento eléctrico-nervioso de un cerebro agonizante.

Algunos científicos hablan de la inundación de dopamina en el momento de la muerte, lo que nos ayuda a perder el temor y hasta sentir bienestar. Piense en los muchos casos de personas quienes, antes de dar su última exhalación, manifiestan tranquilidad, paz y felicidad; otros, durante esas alucinaciones placenteras, llegan a ver familiares fallecidos anteriormente. ¿Usted ha vivido, con personas cercana a morir, alguna de tales experiencias?

Sobre el tema, existen libros considerados ´clásicos´, entre ellos: ´Una vida después de la muerte´ de Elisabeth Kübler-Roos, psiquiatra suiza, nacionalizada estadounidense, fallecida en el año 2004, considerada una de las mayores estudiosas mundiales del proceso de la muerte; ´Vida después de la vida´ -1975- de Raymond Moody, otro neurocirujano reconocido entre los médicos de su especialidad, quien se ha dedicado a tratar de desentrañar tal misterio.

La postura de estos científicos, que pueden ubicarse en el borde de la línea entre ciencia y pensamiento mágico, queda definida en las propias palabras de Alexander: ´No demostrar la existencia de otra vida -por el método científico tradicional- al no poder demostrar lo contrario, no es razón para decir que no existe´.

A todos nos llega a inquietar qué sucederá con nosotros al morir; ¿existirá otra vida espiritual?, ¿habrá un cielo?, ¿tendremos otra oportunidad con la reencarnación?

Para esas preguntas existen respuestas interesantes; lo cierto es que el trance de la muerte sigue siendo un misterio que debiera ser emocionante, más que angustiante. ¿Cuáles son sus sentimientos?

Para nuestra tranquilidad, al parecer y de cualquier forma, el trance es algo que la mayoría de estudiosos afirman será algo muy agradable… aunque… ¿Usted que cree? ydarwich@ual.mx

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