La pandemia ha golpeado duro a América Latina y el Caribe, y México no es la excepción. Pero si en cada crisis hay una oportunidad, este podría ser el momento para que México recupere el tiempo perdido.
En las últimas tres décadas, México ha tenido un desempeño inferior al de países similares en términos de crecimiento, productividad, inclusión y reducción de la pobreza.
Pero ahora, en el Banco Mundial, vemos una oportunidad para que México se embarque en una recuperación económica dinámica, más inclusiva y sostenible, con vientos internacionales favorables por el crecimiento de la demanda en Estados Unidos. Tres áreas requieren atención especial: desencadenar la productividad, aumentar la inclusión financiera y proteger a los más vulnerables.
El crecimiento inclusivo debe impulsar la productividad y la creación de empleo. Un reporte del Banco Mundial revela una mala asignación de recursos en la economía mexicana por la falta de competencia y barreras regulatorias. Con frecuencia, las empresas jóvenes no crecen por la falta de acceso al crédito y las distorsiones del mercado.
Hay una gran divergencia en la productividad entre empresas, sectores y regiones. Las firmas conectadas a las cadenas de valor globales entregan el doble de productividad que las que no lo están, por lo que el desafío es que más empresas estén mejor integradas. Las firmas bien administradas son mejores para innovar y exportar. Pero el acceso a los mercados, la competencia y los obstáculos institucionales reducen los incentivos para mejorar las prácticas de gestión, dejando pasar grandes oportunidades.
La inclusión financiera debe mejorar, por su importancia para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad. El plan del gobierno de México 2020-2024 incluye políticas para promover la inclusión financiera que el Banco Mundial apoya, como desarrollar el marco regulatorio para fortalecer el sector fintech y digitalizar los programas sociales para facilitar la apertura de cuentas bancarias.
Estas políticas beneficiarán a dos grupos clave que pueden hacer mucho para aliviar la pobreza y mejorar la igualdad: mujeres y migrantes. Las familias mexicanas vulnerables dependen más de las remesas que las de mayores ingresos y el acceso a cuentas bancarias aumenta los ahorros de los migrantes, en particular de los menos favorecidos.
La inclusión financiera de las mujeres es aún más importante para un crecimiento inclusivo. Las empresas dirigidas por mujeres suelen tener menos acceso al crédito, ya que ellas poseen menos activos para usar como garantía. Se requieren instrumentos financieros adaptados a sus necesidades.
Las mujeres también necesitan una mayor inclusión económica en general. En todas partes, las trabajadoras fueron más afectadas por la pandemia y su participación en la actividad económica es clave para el crecimiento. Antes del Covid-19, sólo 45 % de las mujeres en edad laboral tenían trabajo en México, frente a 77 % de los hombres. En la OCDE, sólo Turquía e Italia tienen peor desempeño; en América Latina, únicamente Guatemala. Eso representa una enorme pérdida para la economía mexicana.
Finalmente, pueden darse pasos para proteger a los más vulnerables. Uno de los objetivos más importantes en México es mitigar el impacto del cambio climático y los desastres naturales, que afectan de manera desproporcionada a los estados más pobres del sur.
México debe aprovechar este momento para corregir estos desafíos históricos y reconstruir mejor, y para ello puede contar con el apoyo incondicional del Banco Mundial.
Director general de Operaciones del Banco Mundial
