
María Elena, junto con el colectivo Fuundec participó en la marcha por la paz, celebrada el pasado miércoles 13 de julio en la ciudad de Torreón. (FERNANDO COMPEÁN)
Este 20 de julio, se cumplirán 13 años de que Hugo Marcelino saliera de su casa en Torreón. Su madre, María Elena Salazar mantiene su búsqueda, la cual seguirá aunque las autoridades no hayan logrado aún obtener ninguna pista para lograr que regrese a casa.
"El próximo 20 de julio serán 13 años desaparecido, seguimos nosotros en la lucha, seguimos nosotros en la exigencia, en el clamor de esa paz, de esa justicia que tanto anhelamos", dijo María Elena, coordinadora de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Coahuila (Fuundec) en La Laguna, colectivo que participó y encabezó la Marcha por la Paz, que organizó la parroquia de Fátima el pasado miércoles en Torreón.
Portando como en cada movilización su playera con la fotografía de su hijo Marcelino y llevando una gran lona con las fotografías de las personas desaparecidas en la región, Salazar comentó que su hijo cumplirá 13 años de no haber regresado a casa.
"Hugo desapareció en Torreón, Coahuila, iba a su trabajo y jamás llego a su trabajo", dijo con tristeza.
A más de una década de haber denunciado su desaparición, los avances en su investigación son nulos.
"Los avancen que hay en su carpeta de investigación son los mismos que nosotros proporcionamos desde el primer día de su desaparición, a 13 años no tienen línea de investigación, y la prueba está en que Hugo no ha regresado", mencionó molesta.
Pero eso no ha desanimado a esta madre, que se mantiene en la búsqueda de su hijo, quien al momento de su desaparición contaba con 24 años de edad.
"Mientras tenga vida y salud, seguiré exigiendo la presencia de Hugo", advirtió a las autoridades responsables de dar con su paradero.
Sobre el trabajo realizado a lo largo de esos casi 13 años, doña María Elena detalló que "Sí hemos buscado en territorio, pero no hemos ido a buscar cuando no hay un indicio que pudiera estar uno de nuestros familiares en algún lugar, es como hemos iniciado como Fuundec las búsquedas", explicó la coordinadora del colectivo lagunero.
Salazar, quien como colectivo se sumó a la movilización por la paz y a esa exigencia de justicia, dijo que las autoridades deben ver la tragedia que viven cientos de familias que mantienen la esperanza de localizar a sus seres queridos.
"Las autoridades tienen que voltear a ver la tragedia, es el clamor, buscamos justicia; desgraciadamente no puede ser que ahora que pasó esto con los sacerdotes, vemos el grado de corrupción, de complicidad que hay, que son gente inocente, sin embargo aquí estamos", esto en relación al caso de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, asesinados el mes pasado en la comunidad de Cerocahui, del estado de Chihuahua.
Como informó María Elena Salazar, lo último que supo de su hijo Hugo fue que había ido a comer con unos amigos y cerca de las 7 de la tarde de aquel 20 de julio, le dijo que ya iba en camino a la casa, pero no llegó. Para las 11 de la noche, Elena tenía la certeza de que algo malo había ocurrido, al día siguiente acudió a poner la denuncia y le dijeron que debía esperar 72 horas.
Antes de la tragedia, Elena se dedicaba al hogar y trabajaba. Mientras transcurría el primer año de la desaparición forzada, ella trataba de lidiar con su empleo, pero también sentía que tenía un deber con su hijo, de buscarlo, de encontrarlo.
A punto de cumplir 13 años de su ausencia, su madre le manda un mensaje en el que le dice "lo amo y lo seguiré buscando, no me cansaré de buscarlo hasta encontrarlo".
