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En México, de las mujeres que experimentaron violencia física y/ o sexual en el ámbito de pareja, 13.1 % presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad. Le siguen el ámbito escolar (7.8 %); familiar (7.1 %), laboral (6.5 %) y comunitario (4.3 %).
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde entonces, se conmemora este día con el fin de prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y niñas en todo el mundo.
En México, de acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), se define como violencia contra las mujeres «cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte, tanto en el ámbito privado como en el público».
La violencia contra las mujeres y niñas sigue siendo un tema preocupante, y es que no solamente este sector de la población es vulnerado por extraños, sino que, también sufren violencia por parte de personas cercanas a ellas.
Según ONU Hábitat, en 18 países, los esposos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen; en 39 países, las hijas y los hijos no tienen los mismos derechos de herencia; y en 49 países no existen leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica.
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021) de INEGI, la familia fue el círculo de apoyo más cercano para las mujeres que han experimentado violencia. De las mujeres que experimentaron violencia física y/ o sexual en el ámbito de pareja, 13.1 % presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad. Le siguen el ámbito escolar (7.8 %); familiar (7.1 %), laboral (6.5 %) y comunitario (4.3 %).
Las denuncias por violencia familiar en Torreón, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, muestran que desde el 2016 las cifras han aumentado, ya que en dicho año hubo 1,940; al 2017 se presentaron 2,406 denuncias; 2018 tuvo 2,631; en el 2019 se registraron 2,752; en el 2020 disminuyeron quedando en 2,412; pero volvió a aumentar en el 2021 con 2,714; y el corte al mes de octubre del presente año, se muestra un aumento, quedando en 2,834 investigaciones. De lo anterior puede inferirse que, o bien, la pandemia fue un factor determinante para el aumento o que las mujeres tienen más confianza para denunciar y pedir acompañamiento.
REDES DE APOYO.
El movimiento #MeToo, fundado por Tarana Burke en 2006, provocó una movilización mundial que manifestó la urgente necesidad de prevenir y responder a la violencia contra las mujeres. Movimientos mundiales como #NiUnaMenos, #TimesUp entre muchos otros, también catalizaron el cambio.
A nivel local, se cuenta con redes de apoyo para las mujeres que deciden poner alto a la situación que están viviendo, entre las que se encuentran el Centro de Justicia y Empoderamiento para las Mujeres en Torreón, el Instituto Municipal de la Mujer, el Instituto de Formación, Consultoría e Incidencia en Derechos Humanos y Perspectiva de Género (Incide Femme), Activistas Feministas de La Laguna, Musas de La Laguna, entre otros.
El Centro de Justicia y Empoderamiento en La Laguna cuenta con servicios de orientación, psicología, área legal, área lúdica, ministerio público, empoderamiento (preparación académica, talleres, etc.), la idea es tener una atención integral, todo bajo un mismo techo.
Por su parte, el Incide Femme contribuye a la promoción y defensa de los derechos humanos de las mujeres y grupos en situación de vulnerabilidad, incidiendo política y socialmente en la construcción de espacio cívico de libertad, paz, equidad e igualdad. Para ello, brindan servicios de formación, consultoría, acompañamiento e incidencia política con perspectiva de género y enfoque de derechos humanos, mediante un equipo profesional y multidisciplinario de especialistas en el tema.
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Incluso la pandemia de COVID-19 agravó la situación, ya que el trabajo de cuidados no remunerado aumentó de manera significativa como consecuencia del cierre de las escuelas y el incremento de las necesidades de los adultos mayores. Además, con las medidas de confinamiento, muchas mujeres se encontraban en casa con sus agresores, con dificultades para acceder a servicios que están padeciendo recortes y restricciones.
Y queda claro que la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse si no se toma en cuenta la estabilidad física y mental de las mujeres y niñas, un sector que, sin duda alguna, es piedra angular en toda sociedad.
Por Lic. Maira Flores Reyes
Coordinadora de Comunicación Social en IMPLAN Torreón