La obesidad representa uno de los principales factores de riesgo de muchas enfermedades no transmisibles. (EL SIGLO DE TORREÓN)
De enero a mayo del presente año, 5 mil 634 personas han sido diagnosticadas con obesidad en el estado de Durango. La cifra va en aumento pues 2021 cerró con 5 mil 643 nuevos casos e incluso, ya rebasó a 2020 que concluyó con 4 mil 419 nuevos casos.
Los datos fueron proporcionados por la Secretaría de Salud de Durango a través de una solicitud de información realizada mediante el oficio SSD/UT-298-2022. Se dio a conocer que los grupos de edad más afectados por la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud son de 25 a 44 años, 50 a 59 años y 45 a 49 años, de mayor a menor incidencia respectivamente. En todos los grupos de edad, las mujeres son quienes acaparan los diagnósticos.
Las instituciones de salud que notificaron el mayor número de casos nuevos de obesidad en los periodos antes mencionados fueron el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de Salubridad y Asistencia y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
En lo que compete a la Secretaría de Salud, se informó que las principales estrategias que utilizan para combatir el sobrepeso y la obesidad es la capacitación al personal en el manejo y control de las enfermedades cardiometabólicas dentro de las cuales se encuentra la obesidad y la atención es integral.
De igual forma se encuentra la formación de Grupos de Ayuda Mutua de Enfermedades Crónicas (GAM-EC) mediante los cuales se otorga atención médica y se realizan sesiones de activación física.
También se tienen contempladas jornadas de salud públicas para la prevención y detección de enfermedades crónicas. En las unidades de primer nivel atención, se realizan detecciones de diabetes, hipertensión arterial, obesidad, y dislipidemias con el propósito de identificar a la población que padece dichas enfermedades, brindarle tratamiento oportuno y evitar complicaciones.
La obesidad representa uno de los principales factores de riesgo de muchas enfermedades no transmisibles como la cardiopatía coronaria, la hipertensión y el accidente cerebrovascular, determinados tipos de cáncer, la diabetes tipo 2, colecistopatías, dislipidemia, artrosis y la gota, así como neumopatías, incluida la apnea del sueño, revela la OMS.
Es importante recordar que con el inicio de la pandemia por la COVID-19 se paralizaron los servicios de salud básicos, entre ellos los programas preventivos y además, inició el confinamiento que trajo consigo la inactividad física y una mayor disposición de alimentos altos en carbohidratos.
