En la última década del siglo XIX y en el inicio del XX en la región lagunera de Coahuila y Durango, surgieron solitarios maleantes, así como gavillas de éstos que asolaron a las poblaciones laguneras en general. En esta ocasión hablaremos de uno de los más conocidos gavilleros y asaltantes que existió en la región, y que sus correrías fueron muy comentadas, así como su trágico fin.
El personaje lagunero popular a quien hoy daremos a conocer fue originario de un rancho llamado "La Fe", cercano a Cuencamé, Durango, en tal lugar se dice que en el año de 1904 vio la luz primera, ignorándose quien fue su padre, así como también si recibió educación primaria, solo se sabe que su oficio fue el de peluquero y panadero en Cuencamé, Durango, lugar en el que inició su carrera de asaltante, logrando en corto tiempo ser temido por los lugareños por su forma tan peculiar de cometer sus fechorías. Su nombre verdadero fue el de Ladislao Alvarado, siendo apodado "El Chojo" por su corta estatura.
En sus inicios, "El Chojo" se unió a una banda, que operaba en Gómez Palacio, Durango, habiendo privado de la vida al señor Arcadio Briones, entregándose a las autoridades de Cuencamé, en donde después de un corto tiempo encarcelado se fugó para continuar sus acciones delictivas.
Habiéndose unido a un forajido de nombre Luis Álvarez, con el que asaltó gran número de poblados laguneros. En el año de 1937 asaltó al Banco Russek, de San Pedro, Coahuila, afirmándose que tal asalto fue la última fechoría de "El Chojo". De igual manera se afirma que robó en la Iglesia de Peñón Blanco, Durango, de donde se fue con la custodia de oro, el copón de las ostias y el Cáliz de oro.
De igual manera no solo poblados laguneros de Coahuila asaltaba "El Chojo", sino que también en Gómez Palacio, Durango, realizó varias fechorías, por lo cual era perseguido por autoridades de los estados de Coahuila y Durango. Para ocultarse nuestro personaje se ocupó como humilde peluquero en el mercado Alianza, trasladándose a Matamoros, Coahuila, en donde frecuentaba la cantina "La Feria", donde se reunía con todos sus amigos por la noche, en donde tramaban un gran golpe para despedirse de su vida de bandoleros.
En la población lagunera de Matamoros, "El Chojo" vivía acompañado de una mujer que respondía al nombre de Refugio Ibarra, encontrándose en tal población, al llegar las fuerzas policiacas a la casa en que se encontraba, mató al jefe de la policía, Melecio González, huyendo "El Chojo" en la cajuela de un auto, pero desafortunadamente su compañero lo dejó solo al huir en su caballo, siendo muerto en el mes de enero de 1938 y trasladado al hospital general de Torreón, atado en la polvera de un carro antiguo, paseándolo por Lerdo, Gómez Palacio y Torreón para exhibirlo.