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Metáfora Ciudadana

El ciudadano Kane y el personalismo

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ

¿De qué le sirve al ser humano ganar el mundo entero si pierde su alma?

-Jesús de Nazareth (Marcos 8:36)-

Galardonada hace ochenta años con un Óscar, "El Ciudadano Kane" ha sido considerada la mejor película cinematográfica de todos los tiempos. Imbrica temas políticos y misantrópicos. Su máxima trama solamente se entiende en la escena final; es una contienda del ser humano por ser feliz en un mundo plagado de riquezas, intrigas y oclusión social.

Charles Foster Kane (personaje ficticio pero cuyas actitudes fueron tomadas de actos reales de potentados americanos contemporáneos); fallece en soledad en su inmenso castillo de Xanadú. Magnate de la prensa, es poseedor de incalculable fortuna y enorme influencia política, pero estas no le proveyeron ni la gloria social ni el amor que ansiaba. Una gran incertidumbre se genera con la última palabra que apenas pudo pronunciar en su agonía: ''Rosebud''.

Kane pasa su niñez en la pobreza hasta que en la propiedad familiar se descubre gigantesca mina de oro. Su madre lo separa de la vida campirana que él gozaba y lo envía a ser educado conforme su nueva condición económica.

A los 25 años controla su enorme posesión e ingresa al negocio de la industria editorial con marcado idealismo e ilusiones de ofrecer virtuoso servicio social; pero el entorno lo conduce en una implacable búsqueda de poder. Se convierte en un transgresor de la ley y hábil estafador que tima fácilmente utilizando la ambición personas que codician posesiones y cayeron en sus garlitos, mientras se burla de las autoridades a las que siempre se negó a respetar.

En su intento de alcanzar el poder decide casarse con la sobrina del presidente y se candidatea para gobernador; pero este matrimonio convenenciero sucumbe cuando él empieza una aventura amorosa. Se descubre dicha infidelidad que es aprovechada por su rival político quien amenaza revelarla, comportándose como él mismo se describe, un patán nada caballeroso; identidad absoluta de todo político. Eso lleva a Kane al divorcio y a la derrota. Termina casándose con su amante, cosificándola al utilizarla presuntuosamente y obligándola a actuar como cantante de ópera, talento del cual ella carecía por lo que intenta suicidarse; él la fuerza a fingir y atender sus caprichos hasta que ella decide abandonarlo por su trato infame.

Kane pasa solo sus últimos años construyendo su fastuoso castillo; es la pantomima de un hombre vacío por dentro, triste, derrotado y solitario; ha perdido todo el poder que algún día detentó. Se apasiona por coleccionar caras posesiones; pasa su vida comprando objetos de arte que nunca admira; que ni siquiera abre, simplemente los guarda en enormes bodegas.

El conflicto central es el sentido de su última palabra; "Rosebud". Su mayordomo cuenta que la había dicho después de ver una bola de nieve; no había nada más. Eso hace concluir que Rosebud será siempre un enigma; se proclama: "El señor Kane fue un hombre que tuvo todo cuanto quiso. Tal vez Rosebud fue algo que no pudo conseguir o algo que perdió". Solo al final de la cinta el espectador conoce que Rosebud es el nombre del trineo con el que jugaba Kane en aquella perdida y añorada infancia que jamás pudo gozar… ganó el mundo, pero jamás trascendió en sí y para sí.

En esa misma década, surge el "Personalismo" destacándose en él Emmanuel Mounier. Este busca transformar esas vidas vacuas, intrascendentes en sí y hacía los demás, por una "Persona" es decir: Aquel ser que ama a otros involucrándose en relaciones interpersonales e interacción comunitaria, cuyo resultado será "reconciliar al ser humano a sí mismo, exaltarle y transfigurarle en la acción y transformación social".

La persona es todo cuerpo, pero también, es todo espíritu que lucha contra egocentrismos, narcisismos e individualismos, situándose empáticamente ante el otro como uno mismo y aceptándolo en sus diferencias: (dolor, destino, penas, alegrías…). Mounier considera que las instituciones (estado, economía, iglesia, leyes, etc.), están hechas para el ser humano, no este para aquellas. El centro de todo pensamiento y toda acción es la persona humana, fin en sí misma, abierta al compromiso solidario con el otro y ordenada a la trascendencia.

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