Hace 13 años se iniciaron trabajos de restauración en las bóvedas que estaban por colapsar; las reparaciones se quedaron inconclusas y nuevas fallas aparecen hoy.
Uno de los edificios históricos y emblemáticos de Monclova se desmorona como si fuera mazapán; la iglesia en honor a Santiago Apóstol, cuya construcción inició el el siglo XVIII con piedra y argamasa, se resquebraja y sufre desprendimientos.
Hace 13 años se iniciaron trabajos de restauración por las bóvedas que estaban por colapsar; las reparaciones se quedaron inconclusas y nuevas fallas aparecen hoy en los muros del templo.
En 2009 el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dictaminó como un edificio de alto riesgo la iglesia Santiago Apóstol, por lo que inhabilitó algunas áreas del viejo edificio para evitar que alguna persona pudiera resultar lesionada en caso de colapso o derrumbe total o parcial de las cúpulas y paredes del edificio.
Un peritaje realizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y por la Dirección de Obras Públicas Municipales arrojó como resultado que el templo necesitaba trabajos de reparación profunda, restauración y mantenimiento por ocho millones de pesos.
Los funcionarios responsables de dichos estudios fueron el entonces director en Coahuila del INAH, Héctor Javier Treviño; y el director de Obras Públicas de Monclova, el arquitecto Javier Velarde, quien es un perito en restauración de edificios de la época colonial.
El gobernador del estado en ese entonces, Humberto Moreira Valdés, se comprometió a pagar la remodelación de histórico edificio y entregó una primera ministración de 250 mil pesos para que iniciaran las obras de rehabilitación.
El proyecto se trazó en dos etapas, cada una de cuatro millones de pesos. La iglesia fue cerrada al público y feligresía en la mayor parte de sus áreas. La cúpula principal presentaba severas grietas que podrían provocar el colapso del techo.
ANTECEDENTES DE DAÑOS PREVIOS
21 años antes, en 1988, el altar del templo sufrió un derrumbe, cuyos daños fueron restaurados. Tres años después, en 1991, mientras tres de sus cinco bóvedas fueron restauradas al presentar fallas estructurales, se aprovechó para insertar "testigos" para medir la velocidad del deterioro de la vetusta nave de piedra y argamasa.
Estos testigos mostrarían años más tarde que las grietas continuaron y se abrieron hasta cinco centímetros, lo que representaba un riesgo de colapso.
Al darse a conocer esta situación que amenazaba con la destrucción del edificio, el cierre de éste al público y la suspensión de mesas en 2009, el Gobierno estatal entregó los cuatro millones de pesos para la primera etapa de restauración.
Las grietas más peligrosas fueron reparadas y el interior de las bóvedas fue resanado con estuco, pero otros daños ocultos menos graves no fueron resueltos.
Jamás llegaron los cuatro millones restantes de la segunda fase. El cambio de Gobierno estatal y otros temas acapararon el interés del público y la atención de los recursos económicos y no se destinaron más partidas presupuestales para las reparaciones de la iglesia de Santiago Apóstol. Los trabajos quedaron incompletos.
NUEVOS DAÑOS
En los primeros días de abril de 2022 el exterior del edificio casi tres veces centenario comenzó a sufrir desprendimientos. Parte de las piedras del decorado, del embanquetado y de los muros comenzó a desmoronarse y desprenderse en trozos.
De la parte alta del inmueble algunas piezas estéticas presentan grietas visibles, otras se desprendieron y estrellaron contra el piso, con riesgo para feligreses y visitantes que pudieron resultar lesionados.
La caída de trozos de piedra de bloques y ornamentos de piedra son el resultado del acumulamiento de humedad, posterior deshidratación, choque de altas temperaturas de hasta 40 grados centígrados registrados en los últimos días, sequía prolongada y repentina aparición de humedad en el habiente, consideró Francisco Aguilar Moreno, actual titular en Coahuila del INAH.
En su opinión, el templo, pese a los desprendimientos y daños a su fachada, no corre riesgo de derrumbe, estudia si este problema pueda generar a futuro mayores riesgos al propio inmueble y sus feligreses y visitantes.
HISTORIA Y VALOR DE LA IGLESIA DE SANTIAGO APÓSTOL
En el plano más antiguo de Monclova, realizado en 1767, aparecen los cimientos de la nueva iglesia y en su interior otra de menores proporciones, que es la que se edificó desde un año antes de la última fundación de la población en 1688, indicó Arnoldo Bermea, destacado historiador, director del Archivo Histórico de Monclova y cronista de la ciudad.
Seguramente se erigió un templo temporal que posteriormente sería demolido para construir el actual edificio de piedra.
Bermea explicó que se estableció el levantamiento del templo frente a la Plaza Principal y fue ordenado por el canónigo José Miguel Sánchez Navarro. Inició su construcción en 1775 y fue concluida 1810 con piedra de sillar, abundante en la región.
El edificio combina estilos arquitectónicos de inspiración neoclásica, barroca y gótica. En su lado oriente hay una fachada enmarcada con dos columnas y un remate mixtilíneo, según señala la Secretaría de Turismo del estado.
En la fachada del inmueble se tenía la figura del Santísimo Sacramento y un campanario de tres metros de altura. Esta iglesia es visitada por más de 80 mil personas al año.
El escalón de acceso a la entrada principal de la iglesia, una de las columnas de la facha y algunas partes de muros presentan desprendimientos, de partes de bloques de piedra o piezas ornamentales con la que construyeron el edificio.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia analiza una proyección de daños para establecer si representará a futuro un riesgo el resquebrajamiento de la estructura. Esta medida parece indicar que no hay presupuesto para su restauración, y no hay aparentes planes a corto plazo para solicitar recursos para eso.
